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sábado, 9 de marzo de 2024

Masca, el refugio de los piratas

 

Masca, es un pequeño caserío ubicado en el extremo noroeste de la isla de Tenerife, en el municipio de Buenavista del Norte y perteneciente al Parque Rural del Teno.


Caserío de Masca.


Entre palmeras datileras y escarpadas rocas volcánicas se encuentran casas de todos los colores, que alineadas sobre las crestas de las montañas ocupan prácticamente cada fragmento del espacio habitable, alzadas al borde del abismo desde donde parecen colgar, concentran los elementos que hacen inconfundible a la arquitectura tradicional de Canarias como el uso de mampostería y madera, sencillez y una completa adaptación al entorno, desde donde se proyectan los barrancos más hondos de la isla circundados por bosques antiguos.

Masca siempre fue un rincón escondido y olvidado, de polvorientos caminos al que la electricidad llegó hace poco y que durante años solo tuvo una vía de comunicación con el exterior, el Camino de los Guanches, que conectaba Masca con Santiago del Teide, quizá debido a este “olvido” es que mantiene su encanto.

Pero ser un rincón pequeño no le ha impedido poseer valiosos tesoros como la Casa de los Avinculados en el Caserío de Piedra, una pequeñísima iglesia que data del siglo XVIII, también un pequeño pero hermoso y singular museo y un centro de artesanía, que se encuentran asentados en una de las casas de la población.

Cuenta la leyenda que la historia de este pueblo está íntimamente ligada a los piratas los cuales se escondían en un roque, monolito natural, utilizado como santuario aborigen guanche.

No lejos del caserío se han encontrado restos arqueológicos con grabados rupestres que dan fe de las ofrendas que realizaban los guanches a las entidades divinas que veneraban, siendo de esta manera un lugar sagrado, donde por su carácter de sitio apartado y solitario los piratas se mantenían ocultos ya que no podían ser vistos desde el mar y donde al parecer mantenían sus tesoros, reparaban sus naves y descansaban entre sus campañas marítimas.

Desde este imponente paisaje de espectacular altura es posible ver la cima del Teide, buena parte del océano Atlántico, las islas de El Hierro, La Gomera y La Palma y sus maravillosos atardeceres.

sábado, 12 de diciembre de 2020

El pirata Cambaral

 

No es extraño que en Luarca (Asturias), un pueblo con arraigada tradición marinera cuente con muchas historias sobre piratas. Su barrio de pescadores lleva el nombre de un famoso pirata, Cambaral, que atemorizaba a los habitantes de los pueblos de la zona que saqueaba hasta que llegó a la citada villa asturiana.

Puente de El Beso. Luarca (Asturias).


Allí fue apresado y malherido. Es entonces, cuando una hermosa joven del lugar fue la encargada de curar sus heridas durante el tiempo que duró su cautiverio. Se enamoraron y decidieron fugarse pero encontraron la muerte de manos del padre de la joven, quien en plena huida les cortó a ambos la cabeza.  

La leyenda narra cómo ambos permanecieron abrazados mientras sus cabezas rodaron hasta el mar. En el lugar construyó el que hoy se conoce como el Puente del Beso y quienes acuden allí por la noche aseguran que se escuchan las palabras de los amantes que provienen del fondo del mar.

Otras versiones de la misma leyenda se refrieren al ‘señor de la fortalezadueño de una construcción conocida como La Atalaya, que fue el encargado de tender una emboscada al pirata berberisco de gran crueldad Cambaral. Haciéndose pasar por pescadores, los guerreros del señor de la fortaleza lograron apresar al temido pirata, al que encerraron, cargado de cadenas, en las mazmorras de La Atalaya.

La hija del señor, una bella doncella de espíritu generoso y gran corazón bajó a la celda a curar las heridas del pirata y nada más verse surgió entre ellos el más puro amor. Ambos huyeron hacia el puerto, pero en el último momento, el señor de la fortaleza los sorprendió.

Conscientes del final de su aventura, los enamorados se abrazaron y se besaron con tanta pasión que el señor de Luarca, loco de ira, cortó sus cabezas de un solo tajo. La leyenda asegura que las cabezas cayeron al río unidas para siempre en un beso, en el mismo lugar donde años después se levantó el Puente del Beso.

Estudiosos de la historia local atribuyen el origen de la leyenda al escritor y periodista Jesús Evaristo Casariego, que fue director del Real Instituto de Estudios Asturianos y profesor de Historia en la Universidad de Oviedo, un hombre muy culto pero, según dicen, bastante fantasioso.

Lo cierto es que Luarca sufrió ataques de vikingos, los habituales ataques costeros en los que los vecinos de la villa se refugiaban tierra adentro mientras que el pueblo era saqueado, tras lo que se marchaban los asaltantes por donde habían venido. Otros dudan de la posibilidad de que llegaran tan al norte piratas berberiscos o de origen árabe.

No existe tampoco ninguna referencia histórica sobre ningún pirata llamado Cambaral. El topónimo de El Cambaral hace referencia, sin embargo, a un lugar abundante en cangrejos, como debíó ser ese emplazamiento.

sábado, 15 de agosto de 2020

La isla de San Simón


San Simón es un diminuto archipiélago de la Ría de Vigo que cuenta con dos islas, las de San Simón y San Antón unidas por un puente, y dos islotes menores, San Bartolomé y San Norberto. Pertenece a la parroquia de Cesantes, en el municipio de Redondela, siendo uno de los cinco lugares de esta parroquia. En la actualidad se encuentra deshabitada.

Isla de San Simón.
Preside la ensenada de San Simón, en el extremo interior de la Ría de Vigo, que baña los municipios de Redondela, Sotomayor y Vilaboa. El conjunto de las dos islas mide 250 metros de ancho y 84 de largo.

A lo largo de su historia la isla fue empleada como monasterio, lazareto, cárcel y hogar para niños huérfanos.El conjunto de las dos islas está catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico desde el 29 de julio de 1999.

San Simón ha sido escenario de gran cantidad de hazañas y penurias que la harían incluso digna de protagonizar un libro de aventuras. Allí se fraguó una de las batallas más grandes que ha visto Galicia, la batalla de Rande, dentro de la Guerra de Sucesión española, que dejó una huella profunda en este territorio.

También ha sido la cuna de antiguos literatos galaicos. Uno de los más ilustres trovadores, Mendinho, componía sus cantigas de amigo observando a San Simón, plasmando en el papel lo que esta isla le evocaba. La pérdida, la soledad y la separación entre el hombre que viaja y la mujer que espera incansablemente.

El temible pirata Sir Francis Drake vio en sus aguas un terreno perfecto para el saqueo y, acompañado de otros tantos piratas ingleses, asesinó y robó a su antojo todo lo que encontraba en la ensenada y en la isla. Los galeones de la Corona de Castilla vieron arrebatadas las riquezas obtenidas en las Indias.

La historia de Drake resume muy bien la que es también historia de San Simón, una isla que ha sido habitada y abandonada en función de intereses de propios y extraños. Durante la Edad Media, diferentes gremios de artesanos encontraron cobijo allí. Además, las órdenes religiosas veían a esta isla un gran lugar para establecerse. Pasó de ser, desde una sede de los templarios hasta una sede de los franciscanos.

Con el paso de los años San Simón fue adquiriendo nuevos usos. El lazareto que la preside se llegó a utilizar como leprosería, donde los afectados de esta enfermedad contagiosa permanecían hacinados en cuarentena. Pero también fue víctima de los movimientos políticos del momento, como cuando fue convertida en campo de concentración franquista.