Mastodon Clave Menor: La isla de San Simón

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sábado, 15 de agosto de 2020

La isla de San Simón


San Simón es un diminuto archipiélago de la Ría de Vigo que cuenta con dos islas, las de San Simón y San Antón unidas por un puente, y dos islotes menores, San Bartolomé y San Norberto. Pertenece a la parroquia de Cesantes, en el municipio de Redondela, siendo uno de los cinco lugares de esta parroquia. En la actualidad se encuentra deshabitada.

Isla de San Simón.
Preside la ensenada de San Simón, en el extremo interior de la Ría de Vigo, que baña los municipios de Redondela, Sotomayor y Vilaboa. El conjunto de las dos islas mide 250 metros de ancho y 84 de largo.

A lo largo de su historia la isla fue empleada como monasterio, lazareto, cárcel y hogar para niños huérfanos.El conjunto de las dos islas está catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico desde el 29 de julio de 1999.

San Simón ha sido escenario de gran cantidad de hazañas y penurias que la harían incluso digna de protagonizar un libro de aventuras. Allí se fraguó una de las batallas más grandes que ha visto Galicia, la batalla de Rande, dentro de la Guerra de Sucesión española, que dejó una huella profunda en este territorio.

También ha sido la cuna de antiguos literatos galaicos. Uno de los más ilustres trovadores, Mendinho, componía sus cantigas de amigo observando a San Simón, plasmando en el papel lo que esta isla le evocaba. La pérdida, la soledad y la separación entre el hombre que viaja y la mujer que espera incansablemente.

El temible pirata Sir Francis Drake vio en sus aguas un terreno perfecto para el saqueo y, acompañado de otros tantos piratas ingleses, asesinó y robó a su antojo todo lo que encontraba en la ensenada y en la isla. Los galeones de la Corona de Castilla vieron arrebatadas las riquezas obtenidas en las Indias.

La historia de Drake resume muy bien la que es también historia de San Simón, una isla que ha sido habitada y abandonada en función de intereses de propios y extraños. Durante la Edad Media, diferentes gremios de artesanos encontraron cobijo allí. Además, las órdenes religiosas veían a esta isla un gran lugar para establecerse. Pasó de ser, desde una sede de los templarios hasta una sede de los franciscanos.

Con el paso de los años San Simón fue adquiriendo nuevos usos. El lazareto que la preside se llegó a utilizar como leprosería, donde los afectados de esta enfermedad contagiosa permanecían hacinados en cuarentena. Pero también fue víctima de los movimientos políticos del momento, como cuando fue convertida en campo de concentración franquista.

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