Los
ciudadanos de España tenemos fama de muchas cosas, unas
ciertas y otras no. Una de las sus facetas menos conocidas es nuestra capacidad para inventar. Hay muchos inventos españoles que cambiaron
el mundo o que, al menos, han ayudado a mejorar la calidad de nuestra
vida.
Jeringuilla hipodérmica desechable. |
El
Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol, más conocido como
Talgo, fue una auténtica revolución en el mundo del
ferrocarril. Inventado en 1942 por Alejandro Goicoechea e
impulsado por José Luis Oriol, alcanzó fama internacional
durante los años 60.
Su
mayor avance supuso un sistema de rodadura completamente diferente al
de los trenes convencionales, que permitía lograr una mayor
velocidad con la misma potencia.
Quizás,
de todos los inventos españoles que cambiaron el mundo, la fregona
no es el más revolucionario, pero sí supuso un antes y un después
en la vida diaria de millones de personas. Inicialmente bautizado
como lavasuelos, este palo con un penacho de fajas de algodón en un
extremo fue inventado en 1956 por Manuel Jalón.
Su
nombre actual, fregona,
fue fruto de una casualidad, cuando Enrique
Falcón
decidió utilizar esta palabra para designarla en el primer pedido en
julio de 1957, aunque en oras
zonas
se le conoce también como “mocho”.
El
mismo Manuel Jalón, ingeniero riojano, Jalón puso en marcha
Febersanitas, una fábrica de jeringuillas hipodérmicas
desechables hechas con plástico. Desde entonces, se han fabricado y
distribuido por el mundo miles de millones de estas jeringuillas, que
supusieron todo un avance en materia de seguridad sanitaria.
Por
otra parte, en
el museo de la sede central de IBM,
entre cientos de aparatos imprescindibles para entender la evolución
de la tecnología, hay una voluminosa calculadora amarilla de 26
kilos, fabricada de hierro y acero, de nombre Verea
Direct Multiplier.
Fue la primera de la historia capaz de realizar cuatro operaciones
aritméticas (suma, resta, división y multiplicación), manejando
cifras de hasta nueve dígitos.
Su
inventor fue Ramón
Verea que
murió en la indigencia en Buenos
Aires en
1899. Nacido en la aldea pontevedresa de Currantes,
allí
tuvo acceso a una biblioteca que le cambió la vida, había zarpado a
Cuba
en 1855, pero fue en Nueva
York donde
desarrolló su carrera.
El
motor de agua inventado por Arturo
Estévez,
que
fue vetado por Franco,
quien al
parecer
habría encargado un informe desfavorable a la Escuela
de Ingenieros
para evitar que la tecnología progresase. Sin embargo, el extremeño
se hizo famoso en los 70 realizando exhibiciones públicas por
España.
Este
sistema
se basaba en una reacción química originada a partir del contacto
del agua con el
boro.
Así generaba hidrógeno, sustancia que hacía funcionar el motor.
Los
expertos
valoraron
el invento
del
extremeño como el
de un
visionario, aunque la viabilidad económica a gran escala de su
proyecto pareció
dudosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario