Mastodon Clave Menor: Los secretos de Conchita Montenegro

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sábado, 8 de noviembre de 2025

Los secretos de Conchita Montenegro

 

Conchita Montenegro es uno de los personajes más enigmáticos y fascinantes del siglo XX español, una mujer que parece salida de una novela de espionaje o de un guion de Hollywood. Concepción Andrés Picado (1911–2007) nació en San Sebastián, aunque se crió en Madrid, actriz, modelo y, según algunas fuentes, intermediaria política durante la Segunda Guerra Mundial.


Conchita Montenegro.


Conchita comenzó su carrera en el Madrid de los años 20 como modelo y bailarina. Muy joven, fue descubierta por productores extranjeros y, en 1930, con apenas 18 años, viajó a Hollywood, donde firmó con la Metro-Goldwyn-Mayer. Allí trabajó con figuras como Leslie Howard, Clark Gable o Robert Montgomery, y fue apodada "The Spanish Garbo". Su belleza y elegancia la convirtieron en una de las pocas actrices españolas que triunfaron en el Hollywood clásico de entreguerras. Sin embargo, su acento y el sistema de estudios le limitaron a papeles de “latina exótica”, lo que le frustraba profundamente. En 1935 decidió regresar a Europa. Aquí es donde su vida se vuelve legendaria.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Conchita vivía en Madrid y estaba casada con Ricardo Giménez-Arnau, diplomático del régimen franquista y posteriormente embajador en Roma. En 1941, el embajador británico Samuel Hoare, Lord Templewood, un hombre con el que Conchita ya había tenido relación durante su época londinense, la contactó para una misión muy delicada, interceder ante el general Franco para que España no entrara en la guerra junto al Eje, una participación indirecta ya que el encargado de tal misión era en realidad el actor británico Leslie Howard, con quien Conchita había tenido una apasionada historia de amor que había sido la comidilla de todo Hollywood. El actor gustaba mucho a Franco que le había visto en una proyección privada de Lo que el viento se llevó. Ella gestionó el encuentro entre Franco y Leslie Howard a través de su marido el diplomático Ricardo Giménez-Arnau, quien superando los celos ayudó al agente británico.

Según versiones posteriores, Conchita logró convencer al general Franco, utilizando sus contactos personales y su carisma, de que mantenerse neutral beneficiaba más a España que unirse a Hitler y Mussolini. Algunos historiadores británicos sostienen que su conversación con Hoare y Franco, en presencia de Giménez-Arnau, tuvo un peso real en la decisión final del dictador de no entrar en la guerra. Sin embargo, esta historia nunca se ha confirmado oficialmente. Conchita nunca habló de ello en público, y durante décadas rehuyó toda publicidad, hasta el punto de que muchos la daban por muerta años antes de su fallecimiento real.

Tras la guerra, Conchita abandonó el cine por completo y vivió retirada en Madrid, en una discreta casa del barrio de Salamanca, rechazando entrevistas, fotos y homenajes. Murió en 2007, a los 95 años, sin dejar memorias ni explicaciones. Su vida sigue rodeada de misterios. El diplomático británico Samuel Hoare menciona a “una actriz española” en sus memorias Ambassador on Special Mission, pero sin nombrarla. El historiador Luis María Ansón la calificó como “la mujer más bella e inteligente de España”.

En 2011, con motivo del centenario de su nacimiento, el Festival de San Sebastián de 1994 pretendió rendirle un homenaje titulado “El secreto de Conchita Montenegro”, pero no hubo manera. Ella se negó a exhibirse ante el público dada su edad y situación. Fue una pena que Montenegro no aceptara el homenaje que le ofreció San Sebastián, ya que fue un gran éxito para Ángela Molina y la propia película donde la actriz brillaba como el público español nunca la había visto ni la vería.


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