Mastodon Clave Menor: La historia de la ‘tía Cotilla’

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sábado, 17 de septiembre de 2022

La historia de la ‘tía Cotilla’

 

La a Cotilla fue el mote por el que fue conocida María de la Trinidad, una mujer famosa en los barrios bajos madrileños, durante el reinado de Fernando VII que quedó inmortalizada en el acervo de personajes populares del madrileñismo tras su ejecución pública, el 25 de mayo de 1838. Se hizo tan conocida que acabó dejando su sobrenombre como sinónimo de persona murmuradora y entrometida en lo que no le importa. Está incorporada esa acepción al Diccionario de la Real Academia Española, junto con la de la prenda femenina que originó el mote. La cotilla es la ballena (especie de faja) que arma el corsé.


Ajusticiamiento de la 'tía Cotilla'.


La tía Cotilla se dedicaba con inusual celo al acoso y denuncia de cualquiera que le parecía de ideología liberal, en el periodo conocido como la Década Ominosa (1823-1833), en que los absolutistas estaban en el poder, para acabar ajusticiada el 25 de agosto de 1838, con 64 años, ya en el reinado de Isabel II, concretamente durante la regencia de María Cristina, bajo el régimen liberal. Los hechos sucedieron en el barrio de Las Maravillas (hoy conocido como Malasaña).

La utilización en la represión política de la nueva institución de control social que es la policía creada precisamente en esa época, es el marco en el que puede entenderse la red de espionaje y delación creada por la tía Cotilla, que pasó a ser en el imaginario popular una especie de contrafigura reaccionaria de la heroína liberal Mariana Pineda.

Algunos escritores y viajeros relatan que en el entorno de la Plaza Mayor de Madrid se formaron barricadas al grito de ¡Viva la libertad, vivan las juntas! el 15 de marzo de 1835, pero el levantamiento tuvo poco apoyo del pueblo y la Milicia fue desarmada por la Guardia Real. Frente a este movimiento, se levantó la población carlista del citado barrio de Maravillas al grito de ¡Viva don Carlos! Al frente de los carlistas y blandiendo una gran navaja iba María de la Trinidad, de más de 60 años, “la mujer más inmoral que ha visto el sol, y la más infame e indigna de vivir en sociedad”, según distintos testimonios.

Según las fuentes, la tía Cotilla se vio implicada en el asesinato de un miliciano. El viernes 25 de mayo de 1838 eran ejecutados por su participación en ese hecho María de la Trinidad (la tía Cotilla), natural de Madrid; Cayetano Siete Iglesias, de Colmenar Viejo y Ramón y Manuel Pérez, también de Madrid. La Cotilla enseguida se convirtió en un personaje recordado en la ciudad.

Un periódico de aquella época, El Correo Nacional, describía a la tía Cotilla como una vieja con la cabeza ida durante las horas previas a su ejecución. Aunque lo cierto es que no debía haber tanta unanimidad entre el pueblo acerca de la figura de esta mujer, una vecina la describía así: “Esa que veis, señor, es una gran mujer, de las que no se ven”. Lo que unos describen como desvaríos y tozudez -sus negativas a arrepentirse de las culpas-, otros debían verlo como muestra de integridad y valentía·. La tía Cotilla subió los doce escalones del patíbulo gritando “jamás perdonaré a mis enemigos”.

Estos sucesos se recordaron durante mucho tiempo, como demuestra el hecho de que Benito Pérez Galdós, en su Episodio Nacional “La Primera República” (escrito en 1911 ), aún sitúa en el entorno de la madrileña calle de la Roda el mentidero de la tía Cotilla, donde se arremolinaba el “grupo más ruidoso de la patriotería”.

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