Iglesia de la Vera Cruz. |
La
construcción de esta iglesia en principio fue atribuida a los
templarios, pero existen investigaciones que apuntan a la Orden
del Santo Sepulcro como los verdaderos artífices de la obra.
Esta pasó a depender de la Orden de San Juan de Jerusalén
cuando ambas órdenes se unieron en 1531. Hay una losa que fecha su
construcción en el año 1208.
En
el plano telúrico, el
templo cuenta
con un vórtice de 24500 UB (Biómetros
de Bovis).
Hay
que aclarar que para
medir el nivel vibracional se creó el
Biómetro,
que es una escala de 0 a 10.000, en una nueva medida, que se
denominó, Unidad
Bovis
(UB).
La
Unidad
Bovis
indica la vitalidad de un lugar o un objeto, un alimento o la salud
de una persona y
que debe su nombre al investigador
Alfred
Bovis.
En
resúmen, los
Bovis
son una unidad relativa que depende de cada persona, y lo que miden
es el nivel de energía.
También,
para
los no iniciados, señalar que los
Vórtices
Energéticos
o Puntos
de Poder,
serían
invisibles
columnas de energía.
Pero
regresando a la iglesia de la Vera Cruz señalar que se trata
de una singular edificación de estilo románico declarada
Monumento Nacional en 1919. Consta de una nave con
planta dodecagonal que circunda a un pequeño templete (edículo)
central de dos plantas, a la cual se le añadieron los ábsides y la
torre. Es uno de los templos de este estilo mejor conservados de
Europa.
La
iglesia es un lugar de fuerte simbología. La mera vinculación del
edificio a la Orden Templaria crea una disposición espacial a
la leyenda. La forma dodecagonal lo vincula con el Santo Sepulcro
de Jerusalén y se le buscan similitudes con la Cúpula de la
Roca, supuesto templo de Salomón, en Tierra Santa.
La
planta dodecagonal vincula el templo al número 12 que tiene un
amplio simbolismo en la tradición judeo cristiana. El 12 hace
referencia a los 12 apóstoles, a las 12 Tribus de Israel, las
12 puertas de la Jerusalén, a los 12 signos del Zodíaco y
a los 12 meses del año.
La
creencia
popular afirma que bajo el suelo de la iglesia hay, junto a los
caballeros templarios enterrados
allí,
una acumulación de las riquezas que estos trajeron y que guardan y
protegen. Cualquier intento de profanación es respondido con rayos
fulminantes que emanan de los cadáveres que allí reposan.
Otra
leyenda hace referencia a la ausencia de grajos en los alrededores
del edificio. Cuentan
que
poco después de la inauguración del templo murió un caballero
templario que estaba en él. En su vela, en un descuido de los demás
hermanos, que lo dejaron solo, fue atacado por los grajos que dañaron
el cuerpo. El prior maldijo a estas aves impidiendoles entrar o
acercarse a la iglesia. Desde entonces nadie ha vuelto a ver grajos
en la
Vera Cruz
Los
Caballeros
de la Orden de Malta
celebran en esta iglesia sus actos religiosos. Son de destacar los
actos de Viernes
Santo,
en especial la procesión del Cristo
Yacente
y del Lignum
Crucis
en la que los
Caballeros de la Orden de Malta
desfilan con hábitos
negros.
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