El pasado día 1 de enero se cumplió el segundo centenario de
la Revolución Española. En aquella fecha
se produjo el pronunciamiento militar de
Rafael de Riego que derribó el absolutismo y dio inicio al Trienio Liberal.
Fernando VII tras la Guerra
de Independencia, había reimplantado el régimen absoluto, pero muchos
militares que lucharon contra los franceses y le dieron el trono a Fernando VII, eran liberales.
Rafael de Riego. |
Aprovechando la concentración en la localidad de Cabezas de San Juan (Sevilla) de un ejército que debía ir a América a combatir a los
independentistas, un grupo de estos oficiales, encabezados por el entonces teniente
coronel Riego, se sublevó y proclamó
la Constitución de Cádiz.
Fue el primer “pronunciamiento”,
la fórmula española de golpe de Estado
en que una unidad militar en la periferia se alza contra el poder y espera que
su ejemplo cunda entre otras guarniciones.
El de Riego sí se
contagió y el 6 de marzo de 1820 Fernando
VII aceptó la situación y juró la Constitución
liberal de 1812, denominada popularmente como “La Pepa”. Había triunfado la Revolución
Española, un nuevo modelo mundial que sucedía históricamente al de la Revolución Francesa.
Lo sucedido en España
fue un ejemplo para algunos territorios de Italia,
Al grito “Hacer como en España” se
sucedieron revoluciones en Piamonte,
Nápoles y Sicilia en donde se impuso la filosofía de la Constitución de Cádiz.
En Portugal los
liberales obligaron al rey a jurar su primera Constitución, copiada de la española. Surgieron movimientos
seguidores de la Revolución Española
desde Grecia a Brasil, e incluso en Francia, que había sido siempre el ejemplo,
estaban tan fascinados con el caso español que los ejemplares de la Constitución de Cádiz circulaban como
un catecismo revolucionario.
En marzo ya estaba traducida al francés y se editaron miles
de ejemplares clandestinos. En Marsella
los liberales lucían cintas en los sombreros que decían “Constitución o muerte” en español, e incluso se produjeron cuatro
pronunciamientos militares siguiendo el ejemplo de Riego, aunque fracasaron.
Se corrió el rumor de que Napoleón había escapado de Santa
Helena y se había refugiado en España
bajo la protección de Riego, que era
visto como la reencarnación del joven Bonaparte.
Aparecieron miles de estampas en las que Riego
adoptaba, en efecto, el aspecto de Napoleón
Bonaparte, y en Inglaterra el duque de Wellington,
jefe de los conservadores, alertaba contra la aparición de “un nuevo Bonaparte en España”.
Rafael del Riego y
Flórez nació en Tuña, (Asturias) el de 7 de abril de 1784 y falleció en Madrid, el 7 de noviembre de 1823. Dio
nombre al famoso himno conocido como Himno
de Riego, adoptado por los liberales durante la monarquía constitucional y,
más tarde, por los republicanos españoles. Murió ahorcado tras la restauración
del absolutismo que puso fin al Trienio
Liberal.
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