El dirigente de la organización fascista VOX, Javier Ortega Smith, se ha atrevido a decir públicamente que las Trece Rosas lo que hacían era torturar,
violar y asesinar vilmente. Vileza, la suya, por intentar manchar la imagen de las
heroínas de la España progresista
cuyo delito fue perder una guerra civil, frente a los sublevados en un golpe de
Estado contra la República.
Sirva este inaceptable intento de atropello para reivindicar
a las Trece Rosas.
Cuando fusilaron a las Trece
Rosas, junto a la tapia del madrileño cementerio de La Almudena, la guerra ya había acabado. Concretamente, el día 1 de
abril de 1939 y fueron fusiladas el día 5 de agosto. El gobernador militar de Madrid y máxima autoridad era Eugenio Espinosa de los Monteros, aunque
no hay pruebas de que este militar firmase y ordenase el fusilamiento de las Trece Rosas. Casualmente, el citado
militar era un hermano del bisabuelo del también dirigente de VOX, Iván Espinosa de los Monteros.
Algunas de las 13 mujeres, sí estuvieron en el frente de la
guerra, pero la mayoría trabajó en la retaguardia realizando labores
humanitarias. Casi todas pertenecieron durante la contienda a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y una vez acabada la guerra
tejieron una red solidaria para prestar cobertura a mucha gente que había
quedado atrapada en Madrid.
Foto en la que aparecen las Trece Rosas. |
Las Juventudes
Socialistas Unificadas (JSU), cuyos militantes tuvieron un importante papel
en la defensa de la República
durante la guerra, luchaban por un ideal, la libertad, donde el trabajador
viviera en un mundo mejor. Además de tratar de impedir avanzar al fascismo como
estaba ocurriendo en el resto de Europa.
Con más de 500.000
afiliados, hombres y mujeres, desde las Juventudes
Socialistas se luchó contra el levantamiento del 18 de Julio de 1936. A
través de una campaña de propaganda, consiguieron que miles de jóvenes se unieran
a sus filas durante toda la guerra civil. Afiliarse significaba ayudar en todo
lo posible, escolarizando a niños, cosiendo uniformes para los milicianos,
ayudando en los hospitales, y también, en primera línea de batalla.
Como se ha destacado estos días en diferentes medios de
comunicación, en la documentación del régimen franquista no aparece ninguna
referencia a torturas o violaciones realizadas por ninguna de las trece
mujeres. Fueron condenadas por la acusación genérica de “adhesión a la
rebelión”, después de haber sido torturadas en las dependencias que la policía
tenía en la calle de Jorge Juan, de Madrid, hechos de los que existen
pruebas documentales y luego de un juicio sumarísimo a cargo del Consejo Permanente de Guerra.
Placa conmemorativa en el cementerio de La Almudena. |
Las Trece Rosas
son, Carmen Barrero Aguado (20
años), Martina Barroso García (24
años), Blanca Brisac Vázquez (29
años), Pilar Bueno Ibáñez (27 años),
Julia Conesa Conesa (19 años), Adelina García Casillas (19 años), Elena Gil Olaya (20 años), Virtudes González García (18 años), Ana López Gallego (21 años), Joaquina López Laffite (23 años), Dionisia Manzanero Salas (20 años), Victoria Muñoz García (18 años) y Luisa Rodríguez de la Fuente (18 años).
No hay que olvidar que hubo una 14 fusilada posteriormente, Antonia
Torre Yela (19 años) fue condenada a muerte el mismo 5 de agosto de 1939.
Sin embargo, su ejecución se pospuso a causa de un error mecanográfico,
figuraba como Antonio Torre Yela y
se quisieron cerciorar de que fusilaban a la persona acusada. Su fusilamiento
fue aplazado hasta el 19 de febrero de 1940.
TESTIMONIO
Despedida de Julia
Conesa de su familia:
“Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido
que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Cuidar a mi madre. Me matan
inocente, pero muero como debe morir una inocente. Madre, madrecita, me voy a
reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por
persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija, que ya jamás
te podrá besar ni abrazar. Besos para todos, que ni tú ni mis compañeras
lloréis. Que mi nombre no se borre en la historia.”
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