De hecho, el pasado 31 de marzo cerca de un centenar de
plataformas de 24 provincias españolas se manifestaron en Madrid para poner de relieve la realidad de la desequilibrada
distribución de la población en España.
La España rural se muere, 6 de cada 10 pueblos se encuentran en riesgo de desaparece. |
Mientras que solo un 30 por ciento del territorio concentra
el 90 por ciento de la población, principalmente en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, el
10 por ciento restante se distribuye en cabeceras de comarca y otras
poblaciones. En las ciudades el principal problema es la superpoblación al
tiempo que las zonas rurales reclaman habitantes para no desaparecer.
Muchas personas se plantean la posibilidad de hacer un
cambio en sus vidas ya que la ciudad precariza la calidad de vida frente a la
del medio rural. Para atender esta demanda se ha creado una plataforma digital volveralpueblo.org, que tiene como
objetivo fomentar el asentamiento de nuevos pobladores en el medio rural a
través del banco de casas, tierras y negocios.
Las herramientas que ofrece la plataforma citada son
recuperar el patrimonio de las zonas rurales, evitar su abandono, fomentar el
emprendimiento y gestionar el uso de los terrenos en estas zonas. Esta ONG
actúa como enlace entre la persona interesada en regresar al pueblo y las
diferentes opciones que pueden encontrar en los municipios registrados en esa
web.
Aunque las plataformas no gubernamentales no son las únicas que
están trabajando en el terreno de la repoblación rural. Compañías como Accionna
han puesto en marcha iniciativas que han dado impulso a la revitalización
económica de algunos pueblos, como es el caso de Miajadas. En esta localidad de la provincia de Cáceres, la empresa, líder mundial en el ámbito de las energías
renovables, llevó a cabo la construcción de la primera planta de biomasa en
emplear dos tipos de materia prima (herbácea y leñosa) de Europa. Operativa desde 2010, el proyecto supuso la creación de 100
empleos estables, 25 de ellos en la propia instalación, vinculados a la
actividad de esta planta encargada de generar electricidad para el
abastecimiento de unos 40.000 hogares.
Pero hay que resolver otro problema. Cuando las nuevas
tecnologías irrumpieron con fuerza hace una década, parecía que la
descentralización iba a facilitar la retención de la población joven en las
zonas rurales, pero 10 años después, la tecnología ha provocado, sin embargo,
una brecha generacional y una reconcentración de los jóvenes en las ciudades
más desarrolladas.
Por lo que se hace imprescindible, en primer lugar, la
accesibilidad a las nuevas tecnologías, ya que disponer de banda ancha en estos
territorios daría muchas más oportunidades a los programadores, fomentaría el
teletrabajo y permitiría un verdadero avance para muchas zonas rurales.
El otro gran obstáculo que debe superar la España vaciada es el de la exclusión de
servicios y recursos básicos, tales como banca, sanidad, educación o
transporte, entre otros, que ha afectado especialmente a la población más
envejecida.
Una historia de éxito en uno de los principales focos de la
despoblación de España está en Aragón, una comunidad con 1,3 millones
de habitantes, pero una densidad de población de 28 personas por kilómetro
cuadrado, en España es de 92 y en la
ciudad de Madrid de 5.400.
Teruel, la
provincia más despoblada de las tres, ha pasado en un siglo de 266.000
habitantes a 135.000. Mucho antes de que los políticos descubrieran el tema,
seguramente que movidos por la importancia de los pocos escaños que reparte la España vacía, los habitantes de los
pueblos aragoneses ya habían alertado del éxodo de población hacia las ciudades.
La aparición hace 20 años de la plataforma Teruel
Existe sirvió para colar el tema en la agenda pública y colocar la
provincia en el mapa. Sin embargo, pasadas dos décadas, hay muchos que apuestan
por abandonar el discurso victimista de entonces por uno más positivo.
Cientos de personas en los últimos años abogan por pasar del
grito lastimero de los pueblos se mueren al mensaje orgulloso de qué bien se
vive en mi pueblo. Ha habido un cambio de mentalidad, de gente cualificada, con
compromiso e ideas, que ha vuelto al mundo rural y trata de presentarlo como un
lugar atractivo.
Lograr los objetivos planteados y recuperar el patrimonio
social, cultural y económico de las zonas rurales es ya una cuestión de Estado que requiere una mayor
involucración por parte de las administraciones públicas. El ámbito rural y los
núcleos urbanos necesitan convivir en armonía y gracias al respaldo de todos los
agentes posibles, desde asociaciones a empresas, pasando por las administraciones,
se puede recuperar la España rural, que
está llena de oportunidades.
Próximo capítulo:
La llegada del hombre a la luna
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