Judith Butler. |
Judith Butler, nacida en Cleveland, Estados Unidos el 24 de
febrero de 1956, educada en la Universidad de Yale, es una filósofa
post-estructuralista que ha realizado importantes aportes en el campo del
feminismo, además de la citada teoría queer, también a la filosofía política y
la ética.
Es autora de El Género en disputa. Feminismo y la subversión
de la identidad (1990) y Cuerpos que importan. El límite discursivo del sexo
(1993), traducida a 20 idiomas. Ambos libros describen la teoría queer. Otros
trabajos de Butler tratan problemas relevantes para diversas disciplinas
académicas, tales como filosofía, derecho, sociología, ciencia política, cine y
literatura.
La teoría queer es un conjunto de ideas sobre el género y la
sexualidad de las personas que sostienen que los géneros, las identidades
sexuales y las orientaciones sexuales no están esencialmente inscritos en la
naturaleza humana, sino que son el resultado de una construcción social,
variando en cada una de las sociedades.
Este teoría rechaza la clasificación de los individuos en
categorías universales y fijas, como varón, mujer, heterosexual, homosexual,
bisexual o transexual, pues considera que están sujetas a restricciones
impuestas por una cultura en la que la heterosexualidad es obligatoria; así
como la heteronormatividad y el heteropatriarcado. Estas categorías serían
ficticias y esconderían un número enorme de motivaciones políticas apoyadas por
la sexología, una ciencia que no ha sido totalmente teorizada.
Contra el concepto clásico de género que parte de la
distinción a partir de la "heterosexualidad natural" aceptada como
normal, contraria a lo "anómalo" (en inglés queer o
"retorcido"); consideraría que todas las "identidades
sexuales" son igualmente anómalas, incluida la heterosexualidad.
Las posiciones de Butler critican las clasificaciones
socio-sexuales de la historiología, psicología, filosofía, antropología y
sociología tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un solo patrón de
segmentación paternalista, sea de clase social, de género, de etnia o de
nacionalidad y sostiene que las identidades sociales, condicionadas por la
naturaleza sexual, se elaboran de manera más compleja como intersección de
múltiples grupos, corrientes y criterios.
En América Latina han surgido corrientes que han cuestionado
la coherencia de los principales referentes de la teoría queer estadounidense y
europea, por la aparente reproducción de una contradicción al cuestionar muchos
de los mecanismos normalizadores que combatirían, dado que imponen globalmente
la expresión inglesa queer para referirse a toda la diversidad sexual, desde
una posición elitista y académica, sin significado político.
Además, en el caso
del colectivo LGBTI, del que han salido la mayoría de referentes de la teoría
queer, históricamente esta comunidad ha tenido una condición marginal o
periférica; pero al afirmar que todos las deseos sexuales humanos son
igualmente singulares se desmiente esta condición periférica y se invisibiliza
la discriminación a la que se enfrentan las personas LGBTI cuando son
percibidas como marginales, promoviendo así una institucionalización que es, en
algunos puntos, acorde con el discurso heteropatriarcal.
Judith Butler respalda la plasticidad de la naturaleza sexual
humana, en la que el sexo no se entiende en términos morales, sino en términos
de erotismo, posición jerárquica o responsabilidad social. El concepto de
identidad sexual (hetero, homo, bi o transexual) estaría mistificado;
resultando ficticio y limitante, al considerar a cada ser humano más diverso
que cada categoría por sí misma, debiéndose calificar en su lugar cada acto,
fantasía o deseo puntual.
Habrá oportunidad de acercarse en otra ocasión a los
interesantes planteamientos de Judith Butler, que desde 1990 también tiene un
buen número de seguidores en España.
Próximo capítulo: El tabú del suicidio
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