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sábado, 18 de marzo de 2023

Frida Kahlo, icono de las mujeres fuertes

 

Frida Kahlo está considerada una de las mujeres mexicanas más influyentes de su tiempo. Logró trascender a través de sus innovadoras obras de arte y actualmente es recordada como una de las artistas más famosas del siglo XX. Desde la pintura hasta cuestiones más personales de su vida, Kahlo siempre buscó hacer las cosas de forma diferente a como entonces estaba estipulado. Su orientación sexual y el desafío a los estereotipos era una clara señal de ruptura. Por ello, se convirtió en un icono de las mujeres fuertes.


Frida Kahlo.


La obra de Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nacida en Coyoacán (Ciudad de México) el 6 de julio de 1907, gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Fue autora de 150 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir.

Su vida estuvo marcada por el infortunio de sufrir un grave accidente de autobús en su juventud que la mantuvo postrada en cama durante largos periodos, llegando a someterse a hasta 32 operaciones quirúrgicas. Llevó una vida poco convencional.

Frida Kahlo reivindicó la libertad sexual de la mujer tradicional en los años 30 y 40, y su matrimonio con el muralista Diego Rivera no fue impedimento para que se relacionara con hombres y mujeres en diferente grado de intimidad y afecto.

Los amores lésbicos que sostuvo Frida Kahlo no eran un secreto, lo que escandalizaba a la sociedad de entonces. Si lo hizo como una defensa emocional ante las infidelidades de su esposo o si fueron enamoramientos auténticos, nunca se sabrá. Lo cierto es que las relaciones que mantuvo Frida con otras mujeres estuvieron marcadas por la sororidad, la exploración artística y la experimentación, en un mundo machista, heteropatriarcal y sometido a la norma.

Frida exploró su sexualidad, identidad de género y feminidad junto a otras mujeres, una visión que se refleja con claridad en la serie que explora los pasajes más destacados de la historia social y cultural de las diversidades sexo-genéricas en México y los aportes de personajes LGBTde la historia, bajo el título Los 41 tropiezos de la heteronorma en México, dedicada a la pintora

La obra de Frida y la de su marido, el pintor Diego Rivera, se influyeron mutuamente. Ambos compartieron el gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas, inspirando a otros pintores mexicanos del periodo posrevolucionario.

En 1939 expuso sus pinturas en Francia gracias a una invitación de André Breton, quien intentó convencerla de que eran «surrealistas», aunque Kahlo decía que esta tendencia no correspondía con su arte ya que ella no pintaba sueños sino su propia vida.

Una de las obras de esta exposición, Autorretrato-El marco, que actualmente se encuentra en el Centro Pompidou, se convirtió en el primer cuadro de un artista mexicano adquirido por el Museo del Louvre. Aunque gozó de la admiración de destacados pintores e intelectuales de su época como Pablo Picasso, Vasili Kandinski, André Breton, Marcel Duchamp, Tina Modotti y Concha Michel, su obra alcanzó fama y verdadero reconocimiento internacional después de su muerte, especialmente a finales de los años de 1980 y principios de 1990.

También es de reseñar, para conocer mejor a la pintora, que entre 1937 y 1939 el revolucionario soviético León Trotski vivió exiliado en la casa de Frida en Coyoacán junto a su esposa. Allí Frida tendría un romance con el líder comunista. Después del asesinato de Trotski supuestamente a manos del miembro de la NKVD estalinista Ramón Mercader, Frida fue acusada de ser autora del mismo. Esto la llevó a estar arrestada, pero finalmente fue dejada en libertad al igual que su marido.

En 1953 en la Ciudad de México se organizó la única exposición individual en su país durante la vida de la artista. En una de las críticas se dijo: «Es imposible separar la vida y obra de esta persona... sus pinturas son su biografía». La exposición fue en la Galería de Arte Contemporáneo. La salud de Frida estaba ya muy deteriorada y los médicos le prohibieron concurrir a la misma. No obstante, llegó en una ambulancia, asistiendo a su exposición en una cama de hospital. Los fotógrafos y los periodistas se quedaron impresionados. La cama fue colocada en el centro de la galería y Frida contó chistes, cantó y bebió la tarde entera. La exhibición había sido un rotundo éxito.

Ese mismo año le tuvieron que amputar la pierna por debajo de la rodilla debido a una infección de gangrena. Esto la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones, utilizando para ello los opiáceos prescritos. Durante ese tiempo escribía poemas en sus diarios, la mayoría relacionados con el dolor y el sufrimiento. La apasionante vida de Frida Kahlo terminó en la ciudad que la vio nacer el 13 de julio de 1954.

sábado, 9 de marzo de 2019

El pensamiento de Judith Butler y la teoría queer

En estas fechas en las que hemos estado bañados por la celebración de las actividades de reivindicación feminista del 8-M, parece un momento propicio para conocer el pensamiento de una filósofa contemporánea, Judith Butler, una de las inspiradoras de lo que hoy se conoce como la teoría queer.

Judith Butler.
Judith Butler, nacida en Cleveland, Estados Unidos el 24 de febrero de 1956, educada en la Universidad de Yale, es una filósofa post-estructuralista que ha realizado importantes aportes en el campo del feminismo, además de la citada teoría queer, también a la filosofía política y la ética.

Es autora de El Género en disputa. Feminismo y la subversión de la identidad (1990) y Cuerpos que importan. El límite discursivo del sexo (1993), traducida a 20 idiomas. Ambos libros describen la teoría queer. Otros trabajos de Butler tratan problemas relevantes para diversas disciplinas académicas, tales como filosofía, derecho, sociología, ciencia política, cine y literatura.

La teoría queer es un conjunto de ideas sobre el género y la sexualidad de las personas que sostienen que los géneros, las identidades sexuales y las orientaciones sexuales no están esencialmente inscritos en la naturaleza humana, sino que son el resultado de una construcción social, variando en cada una de las sociedades.

Este teoría rechaza la clasificación de los individuos en categorías universales y fijas, como varón, mujer, heterosexual, homosexual, bisexual o transexual, pues considera que están sujetas a restricciones impuestas por una cultura en la que la heterosexualidad es obligatoria; así como la heteronormatividad y el heteropatriarcado. Estas categorías serían ficticias y esconderían un número enorme de motivaciones políticas apoyadas por la sexología, una ciencia que no ha sido totalmente teorizada.

Contra el concepto clásico de género que parte de la distinción a partir de la "heterosexualidad natural" aceptada como normal, contraria a lo "anómalo" (en inglés queer o "retorcido"); consideraría que todas las "identidades sexuales" son igualmente anómalas, incluida la heterosexualidad.

Las posiciones de Butler critican las clasificaciones socio-sexuales de la historiología, psicología, filosofía, antropología y sociología tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un solo patrón de segmentación paternalista, sea de clase social, de género, de etnia o de nacionalidad y sostiene que las identidades sociales, condicionadas por la naturaleza sexual, se elaboran de manera más compleja como intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios.
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En América Latina han surgido corrientes que han cuestionado la coherencia de los principales referentes de la teoría queer estadounidense y europea, por la aparente reproducción de una contradicción al cuestionar muchos de los mecanismos normalizadores que combatirían, dado que imponen globalmente la expresión inglesa queer para referirse a toda la diversidad sexual, desde una posición elitista y académica, sin significado político.

 ​Además, en el caso del colectivo LGBTI, del que han salido la mayoría de referentes de la teoría queer, históricamente esta comunidad ha tenido una condición marginal o periférica; pero al afirmar que todos las deseos sexuales humanos son igualmente singulares se desmiente esta condición periférica y se invisibiliza la discriminación a la que se enfrentan las personas LGBTI cuando son percibidas como marginales, promoviendo así una institucionalización que es, en algunos puntos, acorde con el discurso heteropatriarcal. ​

Judith Butler respalda la plasticidad de la naturaleza sexual humana, en la que el sexo no se entiende en términos morales, sino en términos de erotismo, posición jerárquica o responsabilidad social. El concepto de identidad sexual (hetero, homo, bi o transexual) estaría mistificado; resultando ficticio y limitante, al considerar a cada ser humano más diverso que cada categoría por sí misma, debiéndose calificar en su lugar cada acto, fantasía o deseo puntual.

Habrá oportunidad de acercarse en otra ocasión a los interesantes planteamientos de Judith Butler, que desde 1990 también tiene un buen número de seguidores en España.

Próximo capítulo: El tabú del suicidio