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sábado, 8 de diciembre de 2018

Los templarios


Se conmemora este año 2018 el milenario de la fundación, por el caballero francés Hugo de Payns, de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, también llamada Orden del Temple, en 1118, más conocidos como caballeros templarios, un aniversario que puede servir de excusa para acercarse a la historia de esta organización de carácter religioso y militar.

La Orden del Temple fue una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media. Se mantuvo activa durante algo menos de dos siglos. Fue fundada por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns tras la primera cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista. La orden fue reconocida por el patriarca latino de Jerusalén Garmond de Picquigny, que le impuso como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.

Hay una estrecha relación entre los edificios religiosos y los símbolos de los templarios.
Aprobada oficialmente por la Iglesia católica en 1129, durante el Concilio de Troyes, celebrado en la catedral de la misma ciudad, la Orden del Temple creció rápidamente en tamaño y poder. Los caballeros templarios tenían como distintivo un manto blanco con una cruz paté roja dibujada en él. Militarmente, sus miembros se encontraban entre las unidades mejor entrenadas que participaron en las cruzadas.

​ Los miembros no combatientes de la orden gestionaron una compleja estructura económica dentro del mundo cristiano. Crearon, incluso, nuevas técnicas financieras que constituyen una forma primitiva de la banca moderna. La orden, además, edificó una serie de fortificaciones por todo el mar Mediterráneo y Tierra Santa.

El éxito de los templarios se vincula estrechamente a las cruzadas. La pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos a la orden. Además, los rumores generados en torno a la secreta ceremonia de iniciación de los templarios crearon una gran desconfianza.

Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, comenzó a presionar al papa Clemente V con el objeto de que tomara medidas contra sus integrantes.
En 1307, un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera. ​ En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y la Inquisición disolvió la orden. Su abrupta erradicación dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días el nombre de los caballeros templarios.

Una de las leyendas más extendidas sobre los caballeros templarios asegura que tenían como finalidad principal la protección del famoso Santo Grial. Para quien no lo sepa, este objeto místico es la copa que Jesucristo utilizó durante la última cena. Además, se le atribuyen poderes mágicos.
A pesar de la falta de documentación clara al respecto, son muchos los rumores que circulan sobre el origen de la masonería, relacionada con los templarios. Los caballeros que sobrevivieron a la persecución del papa Clemente V huyeron a otras partes del mundo, entre ellas Escocia. Allí se introdujeron en la sociedad y economía local. Y finalmente en la masonería.

En la actualidad, sí existen organizaciones, grupos y logias que se autodenominan templarios, como la actual Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, que no tiene en realidad ningún vínculo directo con el grupo religioso y militar formado en el siglo XII, sino que simplemente tomó prestados algunos de sus símbolos e ideas.

En 1981, el Vaticano confeccionó una lista de organizaciones que se declaraban sucesoras de los templarios y encontró más de 400. Algunas asociaciones de esta lista dedican su trabajo a fines altruistas (los Caballeros de la Alianza Templaria, contra la droga, por ejemplo) o a otros menos prácticos pero inocuos, como por ejemplo, la Orden de los Caballeros del Temple y de la Virgen María, interesada en la alquimia, o simplemente se trata de hermandades o maestrazgos que no son de linaje templario, sino más bien proyectos personales de todo tipo.


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