A pesar de llevar muchos años disueltos, los templarios
siguen levantando atención y fascinación. Los mitos y leyendas que les rodean siguen
presentes:
Acto de una orden del Temple. |
En tiempos de la inquisición, la Iglesia tuvo que
sentenciarles para poder así confiscar sus pertenencias. Una de las acusaciones
por las que fueron perseguidos y detenidos fue que eran adoradores del diablo y
autores de ritos satánicos. Lógicamente se carecía de pruebas, pero fue una
forma de que se pudiera ir contra ellos libremente.
A pesar de los años transcurridos, no está claro dónde está
el Santo Grial. Se sabe que los templarios lo custodiaban, pero tras su
exterminio muchas de las reliquias que protegían desaparecieron. El Santo Grial
nunca llegó a aparecer.
Siempre se creyó que para ingresar en la orden los
caballeros debían ser vírgenes. La realidad es que no tenían por qué serlo,
pero si realizar el voto de castidad durante el tiempo que permanecieran siendo
templarios.
Los francmasones siempre han alardeado de ser descendientes
directos de los caballeros templarios y de ser los sucesores de la custodia de
sus secretos. No existen testimonios para demostrar esa posibilidad.
Lo cierto es que la
influencia de los templarios fue muy importante durante muchos años. Fueron pieza
fundamental de un nuevo sistema financiero que dotaba de dinero a los ejércitos
para sus incursiones. A pesar de estar amparados por la Iglesia y por una
amplia parte de la sociedad, cuando Felipe IV decidió acabar con ellos se puso
en evidencia que carecían de poder político y en cuanto la Iglesia los sacó de
su paraguas de protección fueron exterminados.
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