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sábado, 6 de abril de 2024

La Rejadorada de Toro

 

El Palacio Rejadorada, también conocido como Palacio de Monroy y Casa Samaniego, es uno de los palacios con mayor valor histórico de cuantos se conservan en la ciudad de Toro, en la provincia de Zamora. También allí conviven historias y leyendas.


Reja Dorada de Toro.


El origen del nombre de Palacio Rejadorada se remonta a 1476. En ese año se libró la Batalla de Toro, dentro de la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja, donde Isabel se aseguró el trono.

El 11 de diciembre de 1474 muere el rey de Castilla Enrique IV, hermanastro de Isabel. A los dos días de la muerte del rey, el 13 de diciembre de 1474, Isabel se proclamó reina de Castilla, en base a la legitimidad del Tratado de los Toros de Guisando (1469), en el que se la había designado Princesa de Asturias.

Este tratado establecía, entre otros acuerdos, que el matrimonio de Isabel debía realizarse sólo con el consentimiento previo del rey Enrique IV. No obstante, en 1469 Isabel contrajo matrimonio con Fernando de Aragón, sin el beneplácito de Enrique IV, por lo que este denunció el incumplimiento del tratado, comenzando el conflicto sucesorio entre Isabel y Juana, hija del rey Enrique IV.

En 1475, Juana la Beltraneja se casa con el rey de Portugal Alfonso V que entra en Castilla con su ejército para defender los derechos dinásticos de su esposa. El 1 de marzo de 1476, las tropas de Alfonso V se encontraron con las tropas de Fernando II de Aragón, en la Vega de Toro, cerca de la localidad de Peleagonzalo. Durante ese periodo, la ciudad de Toro se encuentra en poder de los portugueses y de los castellanos partidarios de doña Juana.

Varios toresanos partidarios de la reina Isabel se reunían en secreto en la casa de Antona García, mujer de Juan de Monroy, gentilhombre del rey Juan II de Castilla, (padre de Isabel la Católica y nacido en Toro) para planear la mejor manera de sublevarse contra los portugueses y entregar la ciudad a los Reyes Católicos. La conspiración fue descubierta y los cabecillas apresados.

El 9 de agosto de 1476, Antona García fue ajusticiada ahorcada frente a la puerta de su casa, mientras proclamaba con sus últimas palabras su fidelidad a los reyes Fernando e Isabel. Su cadáver fue colgado en la reja de su casa como escarmiento. Su ejecución fue un castigo que quiso servir de ejemplo, y trató de ser un acto vejatorio, ya que la mujer de un hidalgo no podía ser ajusticiada de esa manera.

Cuando la ciudad fue liberada de los portugueses, y la reina tuvo conocimiento de estos hechos, a los nueve días de la muerte de Antona García, la propia Isabel fue a la casa de los Monroy y mandó dorar la reja de su casa para que quedase en la memoria de los toresanos el valor y coraje de Antona.


sábado, 9 de enero de 2021

La higiene de Isabel la Católica

Isabel la Católica.


Demasiadas veces se ha especulado sobre la falta de higiene corporal de la reina de España, Isabel I de Castilla, llamada la Católica y esposa de Fernando II de Aragón. Sin embargo parece ser que esta afirmación no es cierta pues deriva de un juramento que nunca realizó y se trata de una leyenda que no tiene ninguna base histórica.


El juramento que se atribuye a la reina decía que "no se lavaría ni cambiaría de camisa hasta que Granada no fuese conquistada a los moros". Sin embargo, quien aseguró que llevaría a término esa falta de higiene no fue la reina Isabel I, sino su tataranieta Isabel Clara Eugenia de Austria (hija de Felipe II e Isabel de Valois) y lo hizo en el contexto de la Guerra de Flandes, como soberana de los Países Bajos (Holanda) y durante el asedio a Ostende (Bélgica).


La falta de higiene o suciedad de Isabel I de Castilla era inexistente, según contaba su confesor fray Hernando de Talavera, que le reprochaba frecuentemente el excesivo cuidado que prestaba a su cuerpo y a su alimentación.

Justamente por tener hábitos sanos en cuanto a su alimentación y limpieza, motivo el disgustó de la soberana cuando se enteró de que su hija Juana, entre sus muchas locuras, se negaba a cambiarse su ropa interior.


Está claro que los hábitos higiénicos de los cristianos en la Edad Media distaban mucho de los empleados por los musulmanes que tenían mayor aprecio por la bondades del agua, pero no era éste el caso de la reina Isabel la Católica. Solo en sus últimos meses de vida, con el cuerpo ulcerado y con una grave enfermedad, pudo ser posible que la reina española desprendiese mal olor y es que, aunque no está documentada la enfermedad que acabó con su vida, el doctor Álvaro de Castro afirmó que "la fistula de sus partes vergonzosas y el posterior cáncer engendrado en su natura" estaría sin duda motivado por cabalgar en exceso en las diferentes campañas militares contra los moros de Granada”.


Lo cierto es que a los tres años de su primer síntoma Isabel la Católica falleció con 53 años en Medina del Campo (Valladolid) el día 26 de noviembre de 1504. Pero como se ha reseñado, lo que llevó a la tumba a Isabel la Católica fue un cáncer de útero, motivo por lo cual es posible que en sus últimos meses de vida desprendiese un cierto olor, propio de su enfermedad y de las ulceraciones que sufría, pero no por su falta de higiene.


Aunque motivos para abandonar su cuerpo no le faltaban , ya que además de la gravedad de su enfermedad, hacía ya mucho tiempo que su esposo mantenía relaciones extramatrimoniales. Mientras la reina Isabel paría en Dueñas a su hija primogénita, la amante del rey, doña Aldonza, daba a luz a Alonso de Aragón, también hijo del rey Fernando. Según diversos historiadores, el rey Fernando era más adúltero que católico, siendo muchas las mujeres que pasaron por sus aposentos.


Volviendo a la supuesta falta de higiene de Isabel la Católica, María Pilar Queralt, historiadora y autora del libroIsabel de Castilla. Reina, mujer y madre’, mantiene que se trata de una de tantas leyendas que hay alrededor de la reina Isabel, aunque no es la única. También se ha asegurado que vendió sus joyas regias para financiar el viaje expedicionario a América, algo que tampoco tiene nada de cierto.