Mastodon Clave Menor: La ‘Vampira’ de Barcelona

Publicidad

sábado, 20 de septiembre de 2025

La ‘Vampira’ de Barcelona

 

Enriqueta Martí Ripollés (San Felíu de Llobregat, 2 de febrero de 1868 – Barcelona, 12 de mayo de 1913) fue una criminal, conocida popularmente como «La vampira de la calle de Poniente», «La vampira del Raval» o «La vampira de Barcelona», se la ha considerado tradicionalmente perpetradora de secuestro, proxenetismo y asesinato en serie de niños, aunque investigaciones concluidas en 2014 creen que sólo se puede probar fehacientemente el secuestro de una niña, Teresa Guitart, por el que fue condenada.


Enriqueta Martí.


Nacida en Sant Feliu de Llobregat, Martí llegó a Barcelona siendo una adolescente y comenzó a trabajar como criada en varias casas. También se dedicó a la prostitución, tuvo una tienda en el rastro de la ciudad y ejerció de herbolaria, sin abandonar nunca la miseria. Estuvo casada durante unos años con Joan Pujaló, un excéntrico pintor anarquista que se alimentaba de alpiste para pájaros, y juntos tuvieron un hijo, Alejandro, que falleció por desnutrición a los nueve meses. Fue la muerte del pequeño la que traumatizó para siempre a la mujer que se hizo célebre por el secuestro de una niña del barrio, Teresa Guitart, detonante de su leyenda.

Su abogado defendió que sufría un trastorno por no poder ser madre, pero Enriqueta secuestró a Teresita por motivos que nunca conoceremos”, asegura Elsa Plaza, historiadora y autora del libro Desmontando la leyenda de La vampira del Raval. La niña de cinco años pertenecía a una familia de panaderos que, sin ser de la clase alta, tenían la influencia suficiente como para que la prensa se hiciera eco de la desaparición de su hija. Un par de semanas después fue encontrada en el piso de Enriqueta, vestida con andrajos y con la cabeza rapada, pero sin recibir maltrato físico alguno. Ningún historiador puede dar hoy respuesta a qué llevó a la mujer a recluir en su casa a la joven.

Tras este episodio, y bajo una fuerte presión social por la desaparición sistemática de menores en el barrio, la prensa exageró la culpabilidad de Martí, a la que se le atribuyó el asesinato de más de una decena de niños a los que supuestamente les extraía la sangre y las vísceras para elaborar pócimas para sus adinerados clientes. 

En el piso había otra niña, Angelita –que resultó ser una sobrina que estaba a su cargo– y se descubrieron trapos ensangrentados y huesos en su casa. Unos hallazgos achacables al cáncer de útero que padecía Martí y a su profesión como curandera, pero que la prensa magnificó arropada por el éxito mediático de la historia. Presuntamente, según las fuentes, Enriqueta llevaba una doble vida, durante el día, mendigaba y pedía en casas de caridad, conventos y parroquias, vistiendo harapos, mientras que de noche se vestía con ropas lujosas, sombreros y pelucas, y se hacía ver en el Teatro del Liceo, el Casino de la Arrabassada y otros lugares donde acudía la clase acomodada de Barcelona

Es probable que en estos lugares ofreciera sus servicios como proxeneta especializada en niños. En 1909 fue detenida en su piso de la calle Minerva de Barcelona acusada de regentar un burdel donde se ofrecían servicios sexuales de niños de entre 3 y 14 años. Junto a ella, fue detenido un joven de una familia de alta posición social. Gracias a sus contactos con personalidades barcelonesas que contrataban sus servicios como proxeneta infantil, se libró de prisión.

Sin embargo, no tenía ninguna necesidad de mendigar, Enriqueta ofrecía sus ungüentos, pomadas, filtros, cataplasmas y pociones hechos con grasa y sangre de niños asesinados. Personas de clase alta pagaban grandes sumas de dinero por estos remedios. Los productos que utilizaba para fabricar sus remedios estaban compuestos por restos humanos de los niños que secuestraba y prostituía, de los que utilizaba la grasa, la sangre, los cabellos o los huesos. Sus crímenes horrorizaron a la población y fueron condenados por toda Europa.

Si algo está claro es que Enriqueta Martí no fue la asesina en serie que dice la macabra leyenda. La historia de Enriqueta se vio reflejada en varias películas, entre las que se encuentra Dolor y Gloria del director Lluís Danés, una adaptación que transita entre la leyenda y lo mítico, y que sitúa a la mujer como una cabeza de turco de las élites de la capital catalana. “Era la víctima perfecta: mujer, pobre, había sido prostituta y tenía grandes conocimientos sobre herboristería, que en aquella época equivalía a ser una bruja. Era una mujer empoderada y el poder siempre ha dado mucho miedo al hombre”, aeguraba el director de la película.

No hay comentarios:

Publicar un comentario