Mastodon Clave Menor: El poderío de los templarios

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sábado, 13 de septiembre de 2025

El poderío de los templarios

 

La historia de la presencia de la Orden del Temple en España está rodeada de mitos, secretos y leyendas que hacen muy atractivo el análisis de su trayectoria, que abarca desde mediados del siglo XII hasta la actualidad, aunque en España no existen ya como orden militar ni religiosa su huella sigue viva en castillos y tradiciones.


Caballeros templarios.


A finales del siglo XIII, la Orden del Temple era riquísima y poderosa, poseía castillos, tierras, rentas y hasta funciones bancarias. Tras perder los territorios en Tierra Santa (caída de San Juan de Acre en 1291), su función militar original quedó en entredicho. El rey de Francia, Felipe IV “el Hermoso”, endeudado con los templarios, aprovechó esta debilidad para acusarlos de herejía, idolatría y prácticas obscuras.

En la Península Ibérica, los templarios estaban muy integrados en la Reconquista, por lo que su caída fue más escalonada que en Francia. Cuando en 1307 Felipe IV ordenó detenerlos, Jaime II de Aragón dudó, necesitaba a los templarios en la frontera con el Islam. Aun así, tras la presión papal, fueron procesados. En 1312, con la bula Vox in excelso de Clemente V, la orden quedó oficialmente disuelta. Sus bienes pasaron a la Orden de Montesa, creada en 1319 precisamente para absorber el legado. En Castilla y León también había apoyo templario en la frontera sur (Extremadura, Sierra Morena, Andalucía), por lo que los reyes castellanos fueron menos hostiles: en general, no hubo persecuciones sangrientas. Sus propiedades fueron repartidas entre la Corona y órdenes como la de Calatrava y la de Santiago.

En resumen, su disolución estuvo relacionada con del Papa Clemente V, bajo presión de Felipe IV, que ordenó la disolución universal en 1312. Además de por la pérdida de su función militar: ya no había Tierra Santa, y en la Península otras órdenes (Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa) eran suficientes. El poder y las riquezas excesivas que los reyes veían en sus posesiones una oportunidad de reforzar la Corona o beneficiar a órdenes más leales, sin olvidar la presión internacional ya que aunque en España no se hallaron pruebas sólidas contra ellos, la bula papal era obligatoria.

En la actualidad, son muy visibles, sus castillos, iglesias y fortalezas siguen en pie y son visitables. Entre ellos el castillo de Ponferrada (León), uno de los más emblemáticos y mejor conservados; el castillo de Monzón (Huesca), donde criaron al rey Jaime I; el de Miravet (Tarragona), ejemplo perfecto de arquitectura templaria; el castillo de Peñíscola (Castellón), ligado al Papa Luna; el de Jerez de los Caballeros (Badajoz), última resistencia templaria en Castilla; y por último, los castillos de Gardeny (Lleida) y el de Almourol, en Portugal. Hoy estos lugares son atractivos turísticos, sedes de festivales medievales y escenarios de recreaciones históricas.

El tesoro templario oculto, el Grial, los túneles secretos… siguen alimentando la imaginación popular. Resaltar que existen itinerarios turísticos y culturales como la “Ruta Templaria” en el Bierzo, Aragón o Extremadura, además de fiestas y recreaciones, como por ejemplo la de Ponferrada, Jerez de los Caballeros o Monzón donde se celebran eventos anuales que recrean su historia. Añadir que grupos neotemplarios o asociaciones culturales reivindican el legado templario, aunque sin relación directa con la orden medieval original.

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