Catalina de Erauso no vivió en un convento durante mucho tiempo, su historia comienza como monja en San Sebastián, de donde escapó vestida de hombre. Se convirtió en soldado en América y fue conocida por su vida aventurera y por cuestionar el rol tradicional de las religiosas.
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Catalina de Erauso. |
Novicia, militar, pendenciera, pasional, disfrazada casi toda su vida de hombre, Catalina de Erauso, más conocida como la ‘Monja Alférez’, es una de las figuras más controvertidas y excepcionales del Siglo de Oro. Pasó gran parte de su vida en tierras americanas, desempeñando diferentes oficios y participando en acciones militares.
Cuando volvió a España, su fama era ya considerable a ambos lados del Atlántico. El rey Felipe IV le concedió una pensión vitalicia por los servicios prestados a la Corona y el Papa le permitió seguir vistiendo de hombre y continuar su existencia andariega. Falleció en Nueva España (México) en 1650.
Había nacido en San Sebastián (Guipúzcoa) en 1592, en el seno de una familia militar de hidalgos. De pequeña fue enviada al convento de San Sebastián el Antiguo para ser educada como monja, probablemente con la intención de que tomara los hábitos. A los 15 años, escapó del convento vestida de hombre, cortándose el pelo y adoptando una identidad masculina. Comenzó así una vida itinerante bajo varios nombres, Francisco de Loyola, Alonso Díaz, Antonio de Erauso, entre otros.
Se embarcó hacia
América, donde luchó como soldado en el ejército español
en Perú, Chile y Bolivia, en las llamadas
"Guerras de Arauco" contra los mapuches. Se ganóla
fama por su valentía, ferocidad y temeridad, así como por su
carácter violento y pendenciero.
Durante años vivió como
hombre, ocultando su identidad y participando en duelos,
enfrentamientos y hazañas militares. Se dice que mató a más de una
persona en riñas o batallas, y que fue encarcelada varias veces sin
que nunca se descubriera que era mujer.
Tras una pelea que casi la lleva a la horca, reveló su sexo a un obispo en Perú, quien la protegió y documentó su confesión. Fue enviada a España, donde causó sensación. Fue recibida por el rey Felipe IV, quien, como ya se ha señalado, le concedió una pensión vitalicia, y por el Papa Urbano VIII, que le permitió seguir vistiendo de hombre, algo inédito para la época.
Catalina escribió sus memorias tituladas como la "Vida de la Monja Alférez", donde narra sus aventuras con tono ágil y a veces humorístico. Se desconoce cuánto hay de verdad o exageración en algunos pasajes, pero el texto es considerado una joya de la literatura autobiográfica.
Se puede añadir que Catalina de Erauso, vivió como hombre en una época en la que eso era impensable. Su historia ha sido reinterpretada por feministas, historiadores LGTBI+ y literatos. Su figura ha inspirado obras de teatro, novelas, películas e incluso cómics. Su figura sigue generando debate y fascinación.
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