La Isla de Pedrosa

 

La Isla de Pedrosa, antiguamente conocida como la Isla de la Astilla, está situada al sur de la bahía de Santander, frente a Pontejos, en la boca de la ría de San Salvador, aunque un par de istmos la conectan hoy en día con tierra firme y presenta una gran belleza natural y esconde secretos que han alimentado la curiosidad y la especulación a lo largo del tiempo.

Panorámica de  la ínsula de Pedrosa.

Originalmente utilizada como lazareto en 1834 para mantener en cuarentena a tripulaciones de buques afectadas por enfermedades tropicales, la Isla de Pedrosa se convirtió más tarde en un sanatorio para tuberculosos. La disposición de tres pabellones, teatro, iglesia, balneario y otras instalaciones crearon un pequeño pueblo autosuficiente en la isla. Con el tiempo, la isla ganó reputación de ser un lugar de paz y tranquilidad, aunque también estuvo relacionada con fenómenos paranormales y misterios.

Una de las leyendas mas sobresalientes está relacionada con las llamadas «niñas pájaro». Se cuenta que dos jóvenes que habitaron la isla a finales de la década de los sesenta del siglo pasado padecían una rara enfermedad llamada progeria, lo que les confería una apariencia similar a la de un pájaro. La enfermedad y aspecto de las niñas llevaron a malentendidos y supersticiones de la época.

Volviendo a la configuración de la isla, en la actualidad se sitúan edificios modernos, que son parte de la Fundación Cántabra Salud y Bienestar Social, que están destinados en su mayor parte a proyectos de rehabilitación de jóvenes drogadictos. Bajo control de la administración de Cantabria, permiten que la ínsula siga siendo, en cierta forma un sanatorio, cuyas estructuras se hayan en la parte oriental.

Su atractivo histórico y su belleza natural continúan atrayendo a visitantes de todas partes. Ya sea para disfrutar de un paseo tranquilo rodeado de naturaleza o para explorar la historia y los misterios de la isla.