Mastodon Clave Menor: Las pirámides de Güímar

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sábado, 21 de octubre de 2023

Las pirámides de Güímar

 

Las Pirámides de Güímar o Majanos de Chacona se encuentran en el municipio de Güímar en la costa este de la isla de Tenerife. Son seis construcciones en forma de pirámides escalonadas cuya fecha de construcción es objeto de debate, aunque la teoría más aceptada las data en el siglo XIX.


Una de las pirámides.


Las Pirámides de Güímar se encuadran históricamente para algunos en el siglo XIX, época de la explotación económica en las Islas Canarias de la cochinilla, un insecto parásito de la tunera o higo chumbo del que se extrae un tinte muy apreciado en aquella época en que aún no se habían introducido los tintes sintéticos.

La explotación de la cochinilla resultaba muy rentable, tanto que se prepararon para su explotación numerosas fincas que, hasta el momento, habían permanecido estériles debido a la mala calidad del terreno, normalmente formado por piedras volcánicas. Las piedras extraídas en la limpieza de estas fincas se almacenaban formando estructuras piramidales como las de Güímar.

Existen aún hoy numerosos ejemplos de estas construcciones agrícolas y hasta hace pocos años la memoria oral de los ancianos del Valle de Güímar recordaba estos trabajos de limpieza y amontonamiento de piedras. En el caso de las de Güímar, existen tanto un acta notarial de compra de la finca, fechada en 1854, en que la presencia de las pirámides no se menciona, como un documento de partición, pero sí en otro, fechado en 1881, en el que estas estructuras son mencionadas por primera vez.

En 1991, Belmonte, Esteban y Aparicio, investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias, descubrieron que el complejo principal de las Pirámides de Güímar está orientado astronómicamente. Las orientaciones solsticiales hicieron pensar a algunos, que las Pirámides eran antiguos templos. No hay, no obstante, indicación alguna de ello y, en todo caso, por sí sola, la orientación solsticial, no permite concluir nada relativo a la fecha de construcción.

También en 1991 el investigador noruego Thor Heyerdahl estudió las pirámides y según su teoría no pueden ser amontonamientos casuales de piedras. Por ejemplo, las piedras en las esquinas de las pirámides están claramente talladas y el suelo ha sido nivelado antes de la construcción de las pirámides, además todas las pirámides cuentan con una escalera, que al ascenderla, nos orienta al sol naciente. El material usado para la construcción de las mismas, no son piedras de campos cercanos, sino rocas de lava.

A pesar de sus investigaciones, Heyerdahl no pudo descubrir la edad de las pirámides ni contestar a la pregunta de quien las construyó, pero defiende que fueron construidas como templo de adoración al sol, por antiguas civilizaciones en años anteriores al descubrimiento. Hasta la conquista española a finales del siglo XV, Güímar fue la residencia de uno de los diez menceyes (reyes) de Tenerife.

Heyerdahl propuso la teoría de que las Islas Canarias habrían servido de base para un supuesto movimiento de barcos entre América y el Mediterráneo. La ruta más rápida de hecho pasa por las Canarias, que también fue usada por Cristóbal Colón. En 1970, Heyerdahl demostró que era posible navegar entre África del Norte y el Caribe con métodos antiguos; navegó de Marruecos a Barbados en el barco de papiro Ra II.

Por otro lado, no se han hallado pruebas que demuestren que estas pirámides hayan sido construidas por los Guanches; de hecho, hay pruebas arqueológicas que dan a tales construcciones una antigüedad no superior a los 200 años.

Tampoco se ha demostrado que en la antigüedad hubieran tenido lugar viajes de pueblos mediterráneos a América como los que defiende Heyerdahl. De hecho tales teorías son rechazadas por la práctica totalidad de los historiadores.

Muchos de estos arqueólogos denuncian que las Pirámides de Güímar son un mero reclamo turístico y que todas estas teorías carecen de fundamento histórico.

Por último añadir una última teoría que mantiene que la masonería pudiera haber influido en las orientaciones astronómicas de las Pirámides de Güímar. Esta propuesta, realizada por los investigadores Aparicio y Esteban, se basa en la influencia que la institución masónica tenía en Canarias y en España en el último tercio del siglo XIX, en la importancia del simbolismo solsticial en la masonería y en el hecho de que el propietario de la finca desde 1854, Antonio Díaz Flores, era masón.

Para rizar el rizo, no faltan los que piensan que las pirámides fueron obra de extraterrestres.


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