A catorce kilómetros de la provincia de Álava, en pleno corazón del Condado de Treviño (Burgos) existe una localidad despoblada llamada Ochate, que a día de hoy es conocida como un pueblo maldito. Cuenta la leyenda que esta localidad fue escenario de numerosos eventos paranormales después de haber pasado por varias tragedias.
Campanario de Ochate.
La primera fue la epidemia de viruela de 1860, donde sólo lograron sobrevivir 12 personas en la localidad. Años después, la población se recupera, pero enseguida, fue presa de una mortal epidemia de tifus. Finalmente, una epidemia de cólera terminó por acabar con los últimos pobladores. Lo que dio origen a la leyenda de la maldición de Ochate.
Leyenda o realidad, Ochate es un pueblo abandonado desde hace décadas del que apenas se conservan la torre de su iglesia, dos casas aledañas a la misma y una ermita que se encuentra en un alto de la localidad, la ermita de Burgondo.
Todos los testimonios dan cuenta de la existencia de una pequeña población en la que en el siglo XVII al XIX vivieron una decena de familias que desaparecieron por una serie de enfermedades que diezmaron la población hasta hacerla desaparecer por completo.
Para algunos Ochate cuanta con toda clase de fenómenos extraños, apariciones fantasmagóricas, fenómeno ovni, leyendas míticas, misterio, psicofonías o parafonías que se han grabado en el interior de la torre y en la ermita de Burgondo.
Sin embargo, otros investigadores califican de falsas esas historias y leyendas y aportan en diversas publicaciones testimonios y documentos que desmontan, una por una, las leyendas que en cualquier caso rodean a Ochate.
Aunque el supuesto pueblo maldito ya no sufre la invasión de romerías esotéricas de los años 80, que dejaban los campos pisoteados, restos de hogueras por doquier y cantidades ingente de basura, aún sigue suscitando el interés de los creyentes en lo paranormal y de muchos curiosos.
Según los investigadores citados los testimonios sobre presuntos fenómenos paranormales han sido abundantes durante los últimos 30 años, y eso es un hecho incontestable. A partir de ahí, habría que analizar si puede tratarse de un fenómeno de sugestión colectiva, de fenómenos naturales mal entendidos o una mezcla de todo ello.
El célebre Iker Jiménez, periodista e investigador de los fenómenos paranormales, se desplazó en dos ocasiones a Ochate y realizó varios programas en la localidad burgalesa con el ánimo de desentrañar alguno de los misterios. No lo consiguió.
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