Lo
que se
adivinaba como un
día feliz para los reyes
Alfonso
XIII
y Victoria
Eugenia de Battenberg,
bisabuelos del actual rey
Felipe
VI,
se convirtió en una tragedia
tras estallar
una bomba en la calle Mayor
de
Madrid
que dejó más de 20 muertos y un centenar de heridos.
Instante del atentado durante la boda de Alfonso XIII. |
El
31 de mayo de 1906 Madrid
se había
engalanado para
celebrar el
matrimonio del rey Alfonso
XIII
con la princesa británica Victoria
Eugenia.
Tras apenas un año de noviazgo, la pareja se dispuso a casarse en la
capital española convirtiendo su boda en el evento del año.
Este
acontecimiento resultó ser la oportunidad perfecta para cometer un
regicidio y Mateo Morral preparó minuciosamente su atentado.
Anarquista catalán, Morral llegó a Madrid días antes
del enlace y se instaló en el número 88 de la calle Mayor,
lugar que le permitía tener una visión y alcance perfectos para
cometer el regicidio.
El
jueves de la ceremonia, el anarquista se encerró en su habitación
para fabricar el arma con la que asesinaría a los recién casados,
una bomba de tipo
Orsini
que con el mínimo contacto estallaría,
arrasando
todo a su alrededor.
Los
reyes, recién casados en la
Basílica
de los
Jerónimos,
salieron desde allí en una carroza de caballos blancos para llevar a
cabo un recorrido hasta el Palacio
Real,
pasando por la calles Alfonso
XII,
Alcalá,
Puerta
del Sol y
Mayor,
donde esperaba Morral
desde su balcón.
Arropado
por la decoración que en el hostal habían colocado, Mateo Morral
escondió la bomba en un ramo de flores que, nada más llegar la
carroza a la altura del número 88, dejó caer hacia los reyes.
El
tiro no fue certero y la bomba tocó con los cables del tranvía,
asesinando con su detonación a más de 20 personas que se
encontraban entre el público e hiriendo a más de un centenar.
Gracias a este contratiempo, los reyes salvaron su vida y huyeron del
lugar.
Por
su parte, y ayudado por otros compañeros anarquistas, Morral
huyó hacia Torrejón de Ardoz, donde fue apresado tras
asesinar a un guardia civil, suicidándose, supuestamente, después.
Hasta
el atentado del 11-M,
el intento de regicidio contra
Alfonso XIII y
Victoria
Eugenia
había
sido
el ataque más sangriento de la historia en España.
En
la calle Mayor
se encuentra un monolito
que recuerda a las víctimas que perdieron su vida en la
tragedia.
Oriundo
de Sabadell, hijo de un empresario textil de la citada
localidad catalana, el joven anarquista Mateo Morral
tenía 26 años y era soltero. Profesor de la Escuela Moderna,
amigo del pedagogo libertario Francesc Ferrer i Guàrdia.
Había
llegado a Madrid
proveniente de
Barcelona el
día 21 de mayo y se había hospedado en la fonda Iberia,
de la calle Arenal,
registrándose con su propio nombre. Al comprobar que la ubicación
no le permitía
llevar a cabo el atentado se traslada a una casa de viajeros ubicada
en el número 88 de la calle Mayor.
El
dia 31, se prepara para cometer el regicidio. Son las 13’55 de la
tarde cuando lanza el ramo de flores que esconde la bomba desde la
ventana su habitación y huye por las escaleras.
Presa
del miedo, logra esquivar a la multitud que huye aterrorizada y se
dirige a la redacción de ‘El motín’. Son las cuatro de
la tarde, en el diario se reúne con su director, José Naskens,
de conocidas afinidades anarquistas, que le consigue alojamiento para
esa noche. Morral logra huir de Madrid. El 2 de junio
llega a Torrejón de Ardoz .Hambriento recala en una fonda
donde es reconocido.
Alertada,
la Guardia
Civil
acude a detenerle. Cuando se halla custodiado por uno de los
guardias, saca una pistola
marca
Brownig
y
dispara. Después dirige el arma contra su propio pecho, según
la versión oficial. Naskens,
sería
condenado a nueve años de prisión por un jurado popular.
El
sumario del caso determinó
que el joven Mateo
había
cometido el mayor atentado contra la monarquía en España
empujado, supuestamente,
por un
mal de amores. Investigaciones recientes ponen en duda el suicidio
del regicida, sugiriendo que el anarquista en realidad fue
‘suicidado’.
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