La
fuga del rey emérito Juan Carlos I, tras conocerse que,
presuntamente, podría haber cometido los delitos de cobro ilegal de
comisiones, blanqueo de dinero y evasión fiscal, invitan a conocer
algunos antecedentes similares en el seno de la familia Borbón.
Puede que el caso más llamativo al respecto sea el de María
Cristina de Borbón-Dos Sicilias.
María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (Museo del Prado). |
El
29
de septiembre de 1868, triunfaba
la
Revolución Gloriosa
y el nuevo gobierno progresista decretaba el destronamiento y la
expulsión de Isabel
II.
Entonces,
el
general Prim
proclamó
que los Borbones
eran "el obstáculo mayor a la democratización y a la
modernización de España".
En
aquel momento se destapó que
desde
1833, año de la muerte de Fernando
VII,
existía
un entramado
liderado
por
María
Cristina de Borbón-Dos Sicilias,
la
reina viuda. Fue el general
Prim
quien hizo
pública la existencia de un fondo reservado, conocido
como el bolsillo
secreto,
con
cargo al
erario público, que habría
sido el instrumento de enriquecimiento de la camarilla de políticos,
militares y financieros que orbitaban en torno a la figura de la
reina madre. Y
decidió embargarlo. Se descubrió que el bolsillo
secreto
de la reina superaba la escalofriante suma de 30 millones de reales.
Hay
que resaltar
que en 1843 el gobierno de Espartero
cayó
a causa del pronunciamiento que el general Narváez
llevó a cabo desde Valencia.
La
reina María
Cristina financió
el desembarco de Narváez
.
Durante
medio siglo, entre
1833
y
1868,
María
Cristina fue
la reina de la corrupción. La digna heredera de su marido, el rey
Fernando
VII,
que había amasado una considerable fortuna a partir de la venta de
la corona española a Napoleón
Bonaparte
en 1808 por una renta de treinta y cuatro millones de reales anuales,
que el estado francés nunca recuperó. Hasta
la fecha no se
conocen
las compensaciones políticas que obtuvo la
corte francesa
a cambio de aquella renuncia.
Sin
embargo, diferentes
investigaciones confirmaron
que el primer saldo del bolsillo
secreto
procedía de la donación
de Fernando
a favor de María
Cristina
y de las dos hijas de la pareja, la futura reina Isabel
II
y su hermana Luisa.
Un
detalle
que revela que el alcance de aquella red de corrupción implicaba la
totalidad de la familia real. Naturalmente, aquel bolsillo
secreto
nunca constó en la contabilidad oficial del Reino
de España.
Próximo
capítulo:
Otra Borbón que también se lo llevó crudo (y II)
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