Mastodon Clave Menor: Otra Borbón que también se lo llevó crudo (y II)

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viernes, 18 de septiembre de 2020

Otra Borbón que también se lo llevó crudo (y II)

 En el capítulo anterior se abordó la existencia de fondos reservados, denominados bolsillo secreto, durante la regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, que llegó a suponer la existencia de una amplia trama de corrupción.

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

El bolsillo secreto era un secreto a voces entre la oligarquía española. Pero su existencia no se reveló hasta el año 1840. Concluida la primera Guerra Carlista (1833-1840), el general Espartero exigió disponer del bolsillo secreto, aunque el tesorero real, Manuel Gaviria se lo negó. Gaviria cambió de escondite el bolsillo secreto, y Espartero lo dejó pasar con el pretexto de que aquello podía dinamitar el régimen surgido de la citada guerra carlista. Martín de los Heros, colaborador de Espartero, estimó esos fondos reservados alcanzaban los 78 millones de reales, unos 750 millones de euros.


Veintinueve años años después, en el contexto de la primera gran crisis financiera española de 1866, el general Prim, a la sazón presidente del Gobierno, ordenó disponer del bolsillo secreto. Isabel II y María Cristina ya habían sido enviadas al exilio en Francia.


Es entonces cuando la prensa desveló que, durante medio siglo, una espesa y opaca red de corrupción había desviado fraudulentamente grandes cantidades del erario público y las había destinado a oscuros negocios que habían enriquecido a sus componentes.


En aquella pirámide de corrupción figuraban María Cristina de Borbón e Isabel II, en la cumbre; y en un segundo nivel Agustín Muñoz, segundo marido de la reina madre, el general Narváez, presidente del gobierno en siete ocasiones, y el banquero malagueño José de Salamanca. Durante medio siglo, la reina madre y la camarilla de palacio se autoadjudicaron casi todos los grandes negocios que se hicieron en España durante buena parte del siglo XIX.


La escandalosa manipulación de algunas de aquellas concesiones, a través de testaferros y de sociedades fantasma, popularizaría la cita "no hay negocio en el que la reina madre no tenga intereses". La trama del bolsillo secreto se autoadjudicó concesiones de explotación de salinas, de extracción de carbón, y del trazado ferroviario.


En 1845, ya con Narváez como presidente del Gobierno, se autoadjudicaron la construcción y explotación de la segunda línea de ferrocarril peninsular, la de Madrid a Aranjuez. Y en 1846 se autoadjudicarían la prolongación de la línea hasta Alicante.


Pero la mano negra del bolsillo secreto iba mucho más allá de los dominios peninsulares. María Cristina de Borbón creó un gabinete permanente de desestabilización de gobiernos que se alimentaba con el bolsillo secreto.


No contenta con desestabilizar permanentemente los gobiernos españoles que pretendían limitar la autoridad y la opacidad de la corona, se atrevió con una operación de altos vuelos y de alcance internacional.


En 1846 diseñó una costosa y ambiciosa operación que consistía en reinstaurar la monarquía en las excolonias y, ya entonces, repúblicas independientes del Ecuador, Perú y Bolivia en la figura del primogénito de su segundo matrimonio, Agustín Muñoz Borbón, que tenía que ser coronado emperador del Reino Unido de los Andes. Aquella estrambótica operación, financiada por el bolsillo secreto, fue desmontada por los servicios secretos de medio mundo.


La operación era la primera fase de un plan que perseguía la restauración del viejo imperio colonial español en América y que explica su participación en la peor de las tramas que se le descubrieron.


En 1857 se destapó que María Cristina de Borbón era la capo de una trama ilegal de captura, transporte y venta de personas. El comercio de esclavos era ilegal desde 1815. Pero la tenencia, no.


En aquel contexto, los grandes latifundistas del Caribe y del sur de los Estados Unidos, tenían que confiar en el crecimiento vegetativo de sus masas de esclavos, para lo que contaron con una sórdida cadena formada por armadores catalanes, vascos y andaluces ligados al bolsillo secreto borbónico, y relacionados con el sector más corrupto del aparato militar colonial español en Cuba.

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