Camelle,
otra población marinera, acoge
el renombrado museo
del Alemán,
una instalación al aire libre junto al mar, creada por el artista
Manfred
Gnädinger,
quien dio forma a esculturas con variados materiales y las pintó en
diferentes colores. El artista se instaló en el pueblo en la década
de 1960, permaneciendo hasta su muerte en 2002.
Cabo Vilan, en la Costa da Morte. |
Otro
lugar de visita obligada es Camariñas
también
escenario de numerosos
naufragios. Allí
hay dos museos,
uno dedicado al encaje de bolillos; y otro etnográfico, cuyo fondo
se nutre de objetos y herramientas cedidos por los mismos vecinos.
Ahora
nos desplazamos al
cabo
Vilán,
donde
se encuentra su famoso faro que
fue el primero que funcionó con electricidad en España.
Un
edificio
con
25 metros de altura y que
se
alza 105 metros
sobre el nivel
del
mar.
Entre
el cabo
Vilán
y la
aldea de
Arou
el paisaje alcanza una espectacularidad sobrecogedora. Tanta, que la
zona está declarada Sitio
Natural de Interés Nacional
desde 1933. Su riqueza biológica es enorme, con aves en
peligro de extinción.
Llegamos
a Vimianzo
que
se
aparta un poco del océano, ya
que está
tierra adentro, pero merece la
pena contemplar
su castillo. La cercanía a la costa posibilitó que la fortaleza
controlase las rutas comerciales del mar del Norte,
los mercados de la sardina y la sal, además
del
rescate de los botines procedentes de los barcos que naufragaban en
estas costas.
La
siguiente parada es Muxía,
uno de los lugares más hermosos e inquietantes de la Costa
da Morte.
Según la tradición, la virgen María
acudió en una nave de piedra a visitar al apóstol Santiago,
quien divulgaba el evangelio
por la zona. El encuentro tuvo lugar donde se alza el santuario da
Virxe
da Barca,
un
edificio
del siglo XVI, de
estilo barroco
que
se
levanta en medio de un gran roquedal careca
del mar, expuesto a la furia de las tempestades.
Aunque
los más llamativo de Muxía
son
los enormes peñascos que se alzan frente al templo. Según la
tradición, son los restos de aquella nave de piedra que transportó
a la Virgen,
por eso tienen propiedades milagrosas. El mayor, una losa inmensa,
fue el cuerpo de la embarcación, se llama A
Pedra de Abalar,
y oscila cuando la pisa una persona pura, libre de cualquier pecado.
La quilla de la barca es otra piedra enorme, apoyada en hueco sobre
tres puntas. Se llama
A Pedra dos Cadrís,
y tiene la facultad de sanar la espalda y los riñones a quien pase
por debajo.
Corcubión
tuvo una intensa relación comercial con Venecia
durante la Edad
Media.
Por eso su iglesia parroquial está consagrada a San
Marcos,
de quien guarda una talla muy venerada. Llegamos
al
cabo de Fisterra
(Finisterre) que
es
el confín más occidental de la península Ibérica. Su panorámica
del Sol
hundiéndose en el Atlántico
fascinó a
todo el que tuvo oportunidad de disfrutarla.
Con sus cuatro mil habitantes, el pueblo es una bonita antesala del
cabo.
La
iglesia de Santa María das Areas está justo donde empieza la
subida al faro. Es un templo del siglo XII y protege la imagen del
Santo Cristo de Fisterra. La tradición asegura que esta llegó
al pueblo dentro de un arca, arrastrada por las olas.
Una
carretera leva desde el pueblo hasta el cabo y el faro. Durante
milenios se creyó que el Sol
se apagaba cada noche en las aguas del cabo de Fisterra,
más allá del cual solo existirían tinieblas y monstruos. Hoy lo
alumbra un emblemático faro, construido en 1853 por el ingeniero
Félix
Uhagón.
Su linterna poligonal se alza 138 metros
sobre el nivel del mar. El edificio anexo al faro acoge la sirena,
que entró en funcionamiento en 1889 y se activa los días con
niebla.
Woooq... tremendo la Costa da Morte... acabo de venir literalmente hace unas semanas de pasar por esta zona con la furgo y fue impresionante. Hicimos noche en el Roncudo de Camariñas. Espectacular.
ResponderEliminarPor cierto, no se si conoces la zona del Morrazo, pero para una salida totalmente contraria a la Costa da Morte esta perfecto. Échale un vistazo El Morrazo
Un saludo.