La Inquisición
española o Tribunal del Santo Oficio de
la Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la
ortodoxia católica en sus reinos. La Inquisición
española tuvo precedentes en instituciones similares existentes en Europa desde el siglo XII,
especialmente en la fundada en Francia
en el año 1184. La Inquisición española
estaba bajo el control directo de la monarquía. Su abolición fue aprobada en
las Cortes de Cádiz en 1812 por mayoría
absoluta, pero no se abolió definitivamente hasta el 15 de julio de 1834,
durante la regencia de María Cristina de
Borbón, encuadrada en el inicio del reinado de Isabel II.
Iinstrumentos de tortura de la Inquisición. |
La Inquisición,
como tribunal eclesiástico, solo tenía competencia sobre cristianos bautizados.
Durante la mayor parte de su historia, sin embargo, al no existir libertad de
culto ni en España ni en sus
territorios dependientes, su jurisdicción se extendió a la práctica totalidad
de los súbditos del rey de España.
En una época en que ningún soberano europeo admitía otra
religión que la propia, lo característico de España fue la creación de un tribunal dependiente de la autoridad
real, poderoso y basado en el secreto.
Aunque la intolerancia no fue una exclusiva de nuestro país.
Si es cierto que la delación obligatoria actuó como un terrible medio de
control de las creencias, opiniones y comportamientos, también lo es que el
sistema procesal y penal de la Inquisición
no era más cruel que el de otras instancias judiciales del Antiguo Régimen, que practicó la tortura en mucha menor medida que
otros tribunales, o que España participó
en la caza de brujas menos que el resto de Europa,
pues la Inquisición apenas las dio
importancia.
Partiendo del mito de la tolerancia existente en la baja Edad Media, al igual que en Francia, Alemania y otros territorios, el antisemitismo dependía de las
circunstancias, siendo la recesión del siglo XIV la principal responsable de
las persecuciones que se hacen frecuentes a partir de entonces.
En el siglo
XVI, y aún bastante después, personajes eminentes como Lutero, Erasmo de Rotterdam
o Guillermo de Orange, compartían un
prejuicio hacia España ampliamente
difundido en Europa, por considerarla
tierra de judíos y moros.
El clima antijudío provocó buen número de conversiones que,
en contra de la tesis de Netanyahu, se
considera que no siempre fueron sinceras, por lo que pervivió un criptojudaismo que se convirtió en una
obsesión para sectores importantes de la Iglesia.
La Inquisición se creó para extirparlo,
por iniciativa no de Isabel,
influida por su confesor converso fray Hernando
de Talavera, sino de Fernando el
Católico, quien forzó la voluntad de los papas para darle las características
que él deseaba y hacerle depender de la voluntad real. Concebido con carácter
provisional, tenía el objetivo, como ya se ha dicho, de depurar a los falsos
cristianos y hacer que se convirtieran efectivamente los muchos judíos que se
habían bautizado ante la presión social.
El rey, que carecía de actitudes racistas contra los judíos
(tanto él como la reina tenían importantes colaboradores conversos), se
convenció años después de la opinión eclesiástica de que sólo la supresión del
judaísmo, por medio de la expulsión, lograría la conversión efectiva de los
conversos.
Durante sus primeros años la Inquisición tuvo una actuación
terrible, con numerosas víctimas entre los conversos, ninguno de los cuales
podía sentirse seguro aunque fuera un cristiano sincero. El propio Sixto IV se sintió conmocionado y
trató, sin éxito, de controlarla, ante la firme oposición de Fernando el Católico.
Pero a comienzos del siglo XVI, la represión logró hacer
desaparecer prácticamente el problema del criptojudaismo.
¿Por qué no se suprimió entonces el tribunal, que desde un principio, además,
había suscitado numerosas críticas?
De nuevo la oposición del rey Católico, la reina ya había muerto, demasiado apegado a un
organismo que aumentaba su poder, y años después, la aparición del cisma
protestante, fueron las causas de que la Inquisición
continuara, ampliando progresivamente sus objetivos a luteranos, alumbrados,
erasmistas, así como a otras muchas gentes acusadas de blasfemia, bigamia y
otras conductas supuestamente desviadas.
Muchas cuestiones estuvieron relacionadas con la Inquisición, como son los estatutos de
limpieza de sangre, los grandes procesos, las fases de su actuación, su
organización y financiación, el procedimiento, los efectos sociales, el número
de víctimas, los índices de libros prohibidos, o las consecuencias de la
Inquisición en la economía, la ciencia y la literatura, que se tienden a
minimizar.
Más graves fueron los efectos para la espiritualidad, la
vida intelectual y el espíritu crítico de una ideología exclusiva y represora
unida al poder político.
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