Margaretha Geertruida
Zelle, nació en los Países Bajos
(Holanda) el 07 de agosto de 1876.
Más conocida como Mata Hari (Ojo del
día), fue una famosa bailarina de danzas orientales que triunfó en Europa. Durante la I Guerra Mundial trabajó como espía para Alemania.
Una vez descubierta fue detenida, juzgada y declarada
culpable. La condena a muerte por fusilamiento fue ejecutada el 15 de octubre de 1917 en una fortaleza militar en
las cercanías de París.
Mata Hari. |
Sus padres fueron Adam Zelle (1840-1910) y Antje van der
Meulen (1842-1891). Fue la hija mayor de tres hermanos varones. Sus padres se
divorciaron y la madre falleció un par de años después. El padre volvió a
contraer matrimonio con Susanna
Catharina ten Hoove (1844-1913). Mata
Hari, que comenzaba a destacar por su belleza, se fue a vivir con su
padrino.
A los 16 años, la futura danzarina estudiaba en una escuela
especial en donde al mismo tiempo que se educaba a las jóvenes, se las formaba para
convertirse en maestras. Durante ese tiempo inició una relación con uno de sus
profesorespor lo que fue expulsada y se fue a vivir con su tío.
En 1895, respondió a un anuncio del capitán Rudolf MacLeod un militar 20 años mayor
que ella y que solicitaba esposa. Tras
mantener una breve comunicación por correspondencia, se casaron en Ámsterdam el 11 de julio de 1895,
cuando ella estaba a punto de cumplir 19 años.
El matrimonio se trasladó a la isla de Java (Hindonesia), donde
había sido destinado MacLeod, y tuvo
dos hijos, Norman-John, nacido el 30
de enero de 1897, y Louise Jeanne,
nacida el 2 de mayo de 1898. En 1899 los niños enfermaron y Norman-John falleció.
En un principio se creyó que el niño que había fallecido de
complicaciones por el tratamiento de la sífilis contagiada por sus padres, pero
posteriormente se descubrió que ambos niños fueron víctimas de un
envenenamiento en venganza contra Rudolph
por sus maltratos a un sirviente nativo, quien envió a su esposa, la doméstica
de la casa, a envenenar a la familia.
La muerte de este hijo supuso un duro golpe para un
matrimonio ya deteriorado. El marido buscó amparo en la bebida. Se cree que
esta soledad llevó a Mata Hari a sus
primeros contactos con la cultura javanesa, en especial con las danzas
folclóricas balinesas y las técnicas amatorias orientales, que le
proporcionarían años más tarde fama como cortesana de lujo.
De vuelta a Europa,
la pareja se separó legalmente en Países
Bajos el 30 de agosto de 1902, y en 1906 se llevó a cabo el juicio sobre el
divorcio y a pesar de tener inicialmente la custodia de su hija, su marido la
apartó de ella, según declaró, debido a su libertina vida en la isla.
En París en 1903
realizó algunos intentos para trabajar como modelo de desnudos para artistas
bajo el nombre de lady MacLeod, que
conllevaron un auténtico trauma en su vida por carecer de recursos económicos
para vivir, ya que sus ingresos eran escasos.
Debutó en el Museo Guimet el 13 de marzo de 1905, y a partir de allí vivió ejerciendo de
bailarina exótica, protagonizando espectáculos de strip-tease que comenzaron a
darle cierto renombre.
Bailaba las danzas sagradas que aseguraba haber aprendido
desde su niñez, y usaba unos finos velos translúcidos de los cuales se iba
despojando poco a poco durante el acto, hasta quedar vestida únicamente con una
malla del mismo color de su piel y las joyas orientales que lucía.
Amparada por el mito
que había creado, tuvo romances secretos con numerosos funcionarios, militares
e incluso políticos de alto nivel, y, en general, con la alta sociedad. Ya en 1910,
habían surgido muchas imitadoras, y aunque su fama y la de sus espectáculos
crecía, ya iba perdiendo sus encantos físicos, ya no era tan joven y había
ganado peso, por lo que tuvo que ejercer con más frecuencia de prostituta para
seguir manteniendo su nivel de vida.
En 1914 estalló la Primera
Guerra Mundial, y la conmoción envolvió a Europa. En ese año se encontraba actuando en Berlín, donde tenía como amante al jefe de la policía local, quien
la contactó con un hombre clave, Eugen
Kraemer, cónsul alemán en Ámsterdam
y jefe de la inteligencia alemana.
Al año siguiente volvió a Holanda, pero el tren de vida al cual se había acostumbrado la fue
hundiendo. Con esta situación, viéndose mayor para continuar con su trabajo de
bailarina, se retiró de los escenarios y aceptó que Kraemer pagara sus deudas a cambio de información. Así adquirió su
tercera identidad, la del agente H-21,
mano derecha de las fuerzas prusianas.
De vuelta a París conoció
al capitán Georges Ladoux, oficial
del contraespionaje francés. Si bien el militar no le tenía mucha confianza, la
utilizó para conseguir datos sobre las fuerzas prusianas. Seguro de su
actividad de espía a favor del enemigo, Ladoux
posteriormente decidió mantenerla secretamente vigilada.
En 1916, se enamoró de Vadim
Maslov, un joven oficial ruso de 23 años que estaba al servicio de Francia, y que fue gravemente herido en
el frente francés perdiendo el ojo izquierdo. Ella acudió a las oficinas de las
autoridades francesas, dirigidas por el capitán Ladoux para conseguir un visado especial para el tránsito por el
territorio en guerra, que era necesario para visitar a su amante en el hospital
de campaña donde se encontraba.
Se asegura que ella aceptó el encargo hecho por Ladoux de espiar para Francia al embajador alemán en Madrid. Pero se cree que esta fue una
trampa que le tendió Ladoux para ¡poder
probar que era una espía y entregarla a las autoridades francesas.
El 13 de febrero de 1917, fue detenida por las autoridades
francesas en su habitación del hotel Elysèe
Palace de París. Fue acusada de
espionaje, de ser una agente doble para Alemania
y de haber sido la causa de la muerte de miles de soldados. Su amante Vadim Maslov se refirió a ella con el
término de «mujer aventurera», una
vez que supo de su encarcelamiento.
Sometida a juicio en Francia
el 24 de julio de 1917, durante el cual afloraron muchas de las mentiras y
engaños que había contado sobre su vida, lo cual fue empleado para
desacreditarla, fue declarada culpable de espionaje y alta traición sin pruebas
concluyentes y basadas en hipótesis no probadas que hoy en día serían insostenibles en un juicio. De hecho,
una asociación de su ciudad natal solicitó al Ministerio de Justicia francés una revisión póstuma del caso, pero
esta petición no fue atendida.
Próximo capítulo: La figura de Willy Brandt
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