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sábado, 29 de diciembre de 2018

Cosas de la guerra fría

La llamada guerra fría fue un conflicto político, económico, social, militar, informativo y científico iniciado tras finalizar la Segunda Guerra Mundial entre el bloque Occidental (capitalista) liderado por Estados Unidos, y el bloque del Este (comunista) liderado por la Unión Soviética.

La guerra fría comenzó poco tiempo después de terminar la Segunda Guerra Mundial, el conflicto más destructivo en la historia del planeta. Los Aliados, incluidos Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética derrotaron a las potencias del Eje conformado por Alemania, Japón e Italia.

El muro de Berlín fue símbolo de la guerra fría.
Las principales causas de la guerra fría se encuentran en el deseo de la Unión Soviética de difundir su ideología comunista a todo el mundo, lo que provocó, aunque parecía solo una excusa, que los americanos, que denigraban ese sistema político y defendían el imperio de su modelo capitalista plantaran cara a las aspiraciones soviéticas.

Ante un claro enfrentamiento entre bloques, la adquisición de armas atómicas por parte de los norteamericanos provocó que la Unión Soviética, que contemplaba como Estados Unidos estaba comprando armas atómicas, se preguntara para qué iban a necesitarlas tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Temían el ataque del otro país, hasta el punto de sospechar que se instalaban bases en Europa Occidental, para ser atacados por Estados Unidos.

Consecuencias de la guerra fría son la  aparición de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) que no era una alianza militar, sino de defensa. Varios países, contactaron entre ellos, para que en el caso de que la relación entre Estados Unidos y la Unión Soviética, estallara en conflicto armado, se comprometieron a defenderse mutuamente. De esta manera, Estados Unidos, junto a Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido conformaron un bloque defensivo.

Por otro lado, la Unión Soviética, también creaba su propio bloque de defensa, designándolo como un Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua. Se trataba de una colaboración militar, para contrarrestar la fuerza de la OTAN. Contaba con la República Popular de Albania, la República Democrática Alemana, la República Popular de Bulgaria, la República Socialista de Checoslovaquia, la República Popular de Hungría, la República Popular de Polonia y la República Socialista de Rumania. La división entre estos dos bloques, era tan profunda, que se les llegó a denominar el “Telón de acero”.

Como se ha apuntado los principales motivos de la guerra fría se basaban en las sospechas injustificadas y el modo de vida, claramente enfrentados de uno y de otro bloque. Los conflictos de Vietnam y Corea fueron conflictos paralelos al desarrollo de la guerra fría, pero con escenarios bélicos reales, que supusieron graves problemas para los dos bloques.

La guerra fría terminó por el derrumbe de uno de sus contendientes. El proceso de reformas iniciado por Gorbachov en 1985 precipitó una dinámica que terminó llevándose por delante la propia existencia del estado soviético fundado por Lenin.

En medio de una profunda crisis económica, con una población gracias a la glasnost cada vez más consciente de la crueldad y la corrupción que había caracterizado la dictadura soviética, el nacionalismo vino a actuar como factor incontenible de disgregación del estado soviético, heredero del Imperio zarista.

El movimiento centrífugo se inició en las repúblicas bálticas, que durante el otoño de 1989 dejaron clara su intención de romper los lazos con un estado al que se habían unido como víctimas del Pacto que firmaron Molotov y Von Ribbentrop en 1939. Paralelamente el nacionalismo aparecía en las repúblicas caucásicas, azuzado por el enfrentamiento entre armenios y azeríes en Nagorno-Karabaj en 1988.

Mijaíl Gorbachov.
Cuando en febrero de 1990, Gorbachov dio un paso adelante en su perestroika renunciando al monopolio político del PCUS y convocando elecciones parcialmente pluralistas, se encontró con que en Lituania, Letonia, Estonia y Moldavia ganaban las fuerzas políticas independentistas. Lituania declaró inmediatamente su independencia, sentando un precedente para las demás repúblicas que constituían la URSS.

La desintegración de la URSS no vino, sin embargo, motivada por las reivindicaciones de los pequeños pueblos bálticos. El movimiento que definitivamente derrumbó la URSS vino de Rusia, la nación que había construido el imperio zarista, antecesor del estado soviético. En mayo de 1990, Borís Yeltsin, quien había sido expulsado del PCUS en 1987, fue elegido presidente del Parlamento ruso. Desde esa posición de poder, Yeltsin impulsó medidas que precipitaron el fin de la Unión Soviética

En julio de 1990, el XXVIII Congreso del PCUS constató la acelerada decadencia del partido que había aglutinado al estado soviético durante décadas. El propio ministro de Asuntos Exteriores  Eduard Shevarnadze dimitió en diciembre de 1990 en protesta por lo que él veía como un inminente golpe de estado que devolvería al país a la época de Breznev.

Acorralado entre las fuerzas comunistas conservadoras que buscaban una vuelta atrás en el proceso de reformas y las fuerzas reformistas y nacionalistas, Gorbachov trató de negociar un nuevo Tratado de la Unión que reconstruyera sobre nuevas bases de mayor libertad nacional la antigua URSS.

 Sin embargo, los comunistas ortodoxos trataron de imponer una solución de fuerza. El 19 de agosto de 1991 Gorbachov era secuestrado en su residencia de veraneo en el Mar Negro y un grupo de comunistas de la línea dura se ponían al frente de un golpe militar. La falta de unidad en el ejército y las acciones de protesta popular en Moscú hicieron fracasar el golpe. Fue el momento de Borís Yeltsin, quién se puso al frente de la protesta contra el golpe en la capital del país.

El golpe militar frustrado fue como la señal de alarma que precipitó la huida precipitada de todas las repúblicas de una Unión Soviética que a nadie ya interesaba. Mientras el PCUS, el instrumento político que había aglutinado a la URSS, era prohibido.

El 1 de diciembre de 1991, el 90.3  por ciento de los ucranianos votaron por la independencia. El 8 de ese mes, en una solución improvisada sobre la marcha, los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, Borís Yeltsin, Leonid Kravchuk y Stanislav Shushkevich, se encontraron cerca de Brest-Litovsk y acordaron la denominada Declaración de Belovezhskaya Pusha: las tres repúblicas eslavas abandonaban la URSS y formaban una llamada Confederación de Estados Independientes. El 21 de diciembre, en un encuentro celebrado en Almá Atá, ocho de los doce repúblicas restantes de la URSS (Estonia, Letonia, Lituania y Moldavia habían optado por la independencia pura y simple) siguieron el ejemplo de Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

Impotente y abandonado por casi todos, Gorbachov dimitió como presidente de la URSS el día 25 de diciembre de 1991. La bandera roja soviética era arriada en el Kremlin. La bandera rusa la sustituía. Rusia tomaba el relevo de la URSS en la escena internacional: las embajadas, el puesto permanente en el Consejo de Seguridad, el control del armamento nuclear soviético... Sin embargo, el mundo bipolar de la guerra fría había tocado a su fin. Nacía un nuevo orden mundial.

Próximo capítulo: En memoria del Holocausto

1 comentario:

  1. Muy buen articulo amigo, el estudio de la guerra fria es fundamental si se quiere comprender el estado actual del mundo, aunque es un tema extenso vale la pena injerirse en el. Un saludo, estare atento a tus demas post.

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