En este mismo blog, el pasado 23
de octubre, se abordaba el asesinato de toda la familia imperial rusa, los
Romanov. Algunos lectores me han requerido para saber qué fue de la gran
duquesa Anastasia Romanov, la hija pequeña del zar Nicolás II, que según la
leyenda sobrevivió a la matanza realizada por los bolcheviques.
El hecho de que su cuerpo nunca
pudiera ser identificado dio pie al nacimiento de multitud de rumores, que
fueron creciendo con el paso del tiempo como una gran bola de nieve y que
terminó derivando en una leyenda.
Anastasia Nikoláyevna Romanov. |
Una leyenda alimentada por la
aparición de diversas mujeres que han asegurado ser la sobreviviente Anastasia
Nikoláyevna Romanov, nacida el 18 de junio de 1901, y que siempre la rigurosa verificación de la identidad arrojó
resultados negativos.
El caso más difundido a nivel
mundial, fue el de Anna Anderson, que en el año 1922, desde Alemania, afirmó
ser Anastasia y contó que uno de los guardias le ayudó a escapar de la
casa Ipatiev en Ekaterimburgo, en los Urales, donde toda la familia había
sido recluida. Sus pretensiones dieron lugar a una larga batalla en los
tribunales alemanes ya que el juicio se inició en 1938 y finalizó en 1970.
La aparición de Anna Anderson
provocó división de opiniones en el seno de la familia del zar. Pero la
sentencia determinó que Anderson no había aportado las pruebas necesarias para
demostrar su auténtica identidad, al tiempo que en el fallo se señalaba que el
asesinato de Anastasia era un hecho probado.
Una incógnita que se despejó tras
la muerte, en 1984, de Anna Anderson y comparar el ADN de la fallecida,
encontrado en un pañuelo, con el ADN de los restos de otros miembros de la
familia. Para rizar el rizo, también se comparó el ADN de Anderson son el de
familias de desaparecidos entre los años 1918 y 1920 y se descubrió que la
aspirante a gran duquesa era en realidad Franziska Schanzkowska.
Una mujer nacida en Polonia en 1896 y que desapareció en 1920 tras perder la memoria trabajando en una fábrica
en Berlín. Se piensa que, al conocer la historia de Anastasia, asumió la vida
de la hija menor del zar como propia.
Los adelantos científicos
posteriores permitieron eliminar cualquier duda, sobre todo cuando, a partir de
2007 se encontraron los restos de dos hijos del zar, cuyo ADN mitocondrial
coincidía con el de la zarina y las tres hijas encontradas en 1991.
Para asegurar que estos restos
eran de la familia imperial rusa, los investigadores cotejaron el ADN
mitocondrial de la zarina y sus hijos con los del Duque de Edimburgo, consorte
de la Reina Isabel de Inglaterra, ya que es el nieto de la hermana de la
zarina. Más tarde, en 1997, fueron encontrados los restos mortales de
Anastasia.
Por lo que, muchos años después,
la leyenda sobre el paradero de Anastasia tuvo su punto y final y las
pretendientes a ingresar en la familia Romanov han perdido su oportunidad de
oro.
Próximo capítulo: Nace la II
República en España