Mastodon Clave Menor: Cosas de la revolución rusa (II)

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martes, 23 de octubre de 2018

Cosas de la revolución rusa (II)

Tras su abdicación, el 15 de marzo de 1917, el Zar y su familia, los Romanov, fueron recluidos en el palacio de Tsarskoye Selo, cerca de Petrogrado (actual San Peterburgo). Aunque el jefe del Gobierno, Aleksandr Kerenski abrió la puerta a que el Zar y su familia se exiliasen en Inglaterra (Nicolás II era primo del rey Jorge V).

Los comunistas se opusieron por temor a que los Romanov fuesen asesinados por los bolcheviques, y Kerenski decidió enviarlos a Tobolsk, en Siberia, un territorio en el que aún había muchos simpatizantes de la monarquía.

Tras el golpe bolchevique a comienzos de noviembre y el derrocamiento de Kerenski, los comunistas apresaron a los Romanov y en abril los condujeron a Ekaterimburgo, en los Urales. Fueron recluidos en la casa Ipatiev, una mansión incautada a un comerciante, y recibieron desde entonces un trato considerablemente peor al que les había dispensado el Gobierno provisional. El 16 de julio, Lenin envió desde Moscú la orden de ejecutar a los Romanov.

La familia Romanov en 1913. De izquierda a derecha, Olga, María, el zar Nicolás II,
la zarina Alejandra, Anastasia, el zarévich y Tatiana.

En la noche del 16 al 17 de julio de 1917, ya pasada la medianoche, un pelotón de nueve bolcheviques encabezado por Yákov Yurovski condujo al sótano de la casa Ipatiev a la familia Romanov, al médico de la corte, el doctor Yevgueni Botkin, al mayordomo Alexei Trupp, a la asistenta Anna Demidova y al cocinero de la familia, Ivan Kharithonov. Cada uno de los bolcheviques tenía previamente encomendado el asesinato de cada una de sus víctimas. Una vez llegaron al sótano, Yurovski les leyó la orden de ejecución, dirigida al Zar, bajo el pretexto de que “tus parientes continúan con su ataque a la Rusia soviética”. 

El Zar, incrédulo ante lo que acababa de escuchar, preguntó “¿qué, qué?” y Yurovski leyó de nuevo la orden. A continuación, él mismo asesinó a Nicolás de un disparo con su pistola. Los otros bolcheviques también dirigieron sus primeros disparos contra el Zar, que murió acribillado. El resto de la familia y sus acompañantes fueron asesinados a continuación.

La salvaje ejecución duró unos 20 minutos. Se dispararon unas 70 balas. Tras el asesinato, los cuerpos de las víctimas fueron llevados en un camión hasta el bosque de Koptyaki. Los cuerpos fueron arrojados a un pozo y se vertió sobre ellos ácido sulfúrico para que no pudiesen ser identificados si los localizaba el Ejército Blanco. No satisfecho con esto, Yurovsky arrojó varias granadas de mano a la fosa.

El detective ruso Alexander Avdonin y el cineasta Ryabov localizaron la fosa a finales de mayo de 1979. Como aún se mantenía el régimen comunista y no encontraron a ningún científico que aceptase examinar los restos, decidieron volver a cubrir la tumba. Durante décadas se especuló con la posibilidad de que Anastasia hubiese sobrevivido, llegando a convertirse casi en una leyenda. En 1991 funcionarios soviéticos exhumaron de forma oficial los restos, con tan poco cuidado que destruyeron pruebas valiosas para la identificación de los restos.

Tras la caída del comunismo, justo cuando se cumplían 80 años después del crimen, el 17 de julio de 1998, el Gobierno ruso trasladó los restos hallados en la fosa a la Catedral de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo. Los féretros de los cuerpos hallados hasta el momento fueron portados a hombros por oficiales del Ejército Ruso, y la comitiva fúnebre recibió los honores de la tropa, presentando sus armas ante los ataúdes. El féretro de Nicolás fue cubierto con la bandera imperial rusa y con un sable. Los restos de Alexei y de una de sus hermanas, supuestamente María, fueron localizados en 2007 en Koptyaki.

En agosto de 2000, la Iglesia Ortodoxa de Rusia anunció la canonización del Zar y de su familia. Ese mismo año se inició la construcción de la Iglesia de Todos los Santos en Ekaterimburgo, levantada en el lugar donde se encontraba la casa Ipatiev en la que fueron asesinados los Romanov
En 2008, el Tribunal Supremo de la Federación Rusa dictó una sentencia rehabilitando al Zar Nicolás II y a su familia y declarándoles víctimas de la represión política de la dictadura comunista.

Próximo capítulo: El final de la I Guerra Mundial.