La Historia de la masonería en España es un relato plagado de claroscuros debidos, sobre
todo, a las campañas de desprestigio
lanzadas desde el opresor régimen franquista y de las dictaduras que precedieron
a la República, que ilegalizaron la
masonería y convirtieron su existencia en la causa de todos los males.
La masonería volvió a la legalidad en España en el año 1979 y desde entonces sus integrantes trabajan con
intensidad para difundir sus ideales y principios. Una labor a la que no ayuda
el fraccionamiento entre regulares e irregulares que existe en la actualidad,
pero que, sin embargo está produciendo logros evidentes. Aunque suene frívolo
decirlo, se puede afirmar que hoy la masonería
está de moda.
Óscar de Alfonso, gran maestro de la Gran Logia de España (a
la derecha).
|
La principal logia masónica es la Gran Logia de España (GLE),
de obediencia masónica regular, que en
España superaría ya los 4000 miembros, más del doble que hace 25 años. El
reconocimiento masónico de la GLE se
produjo en 1982 impulsado por la masonería francesa. En el mundo se
contabilizan más de seis millones de masones. Este año celebran los masones el
300 aniversario de su creación en
Londres cuando se fundó la primera Gran
Logia Unida del mundo. Motivo por lo que han lanzado una campaña destinada
al reconocimiento público de los fines perseguidos por las logias.
La Gran Logia de
España es depositaria del legado histórico del Grande Oriente Español que, tras su regreso del exilio, quedó
fusionado con la obediencia. Y, en donde, sin dogmatismos, es posible la
búsqueda y la construcción de valores, de dar un verdadero sentido a la
búsqueda racional del hombre en un marco de fraternidad y solidaridad.
Existe, por tanto, una división en la masonería universal entre
los que se denominan regulares o irregulares.
De los primeros, se podría decir a grandes rasgos, que se caracterizaban por
mantenerse dentro de la más estricta ortodoxia, por prohibir hablar en las
logias de temas políticos y religiosos y por admitir en su seno sólo a varones
que creen en Dios y en la inmortalidad del alma. Esta masonería regular, representada principalmente por
la Gran Logia de Inglaterra, tiene
una presencia mayoritaria en países anglosajones y cuenta también con
importantes asentamientos en países latinos.
Los segundos o irregulares
tienen la característica de permitir en sus logias el debate político y
religioso y, de iniciar y afiliar agnósticos y ateos. Dentro de la masonería irregular se sitúan también aquellas
obediencias que dan entrada a la mujer en sus trabajos.
La masonería tiene como principal objetivo el
perfeccionamiento moral de la humanidad como medio de propagación de una
verdadera filantropía, con el empleo de formas y costumbres simbólicas. Como
reglas básicas impone a sus miembros el respeto a las opiniones ajenas, la
prohibición de hablar de política y religión, que es lo que en realidad divide
a los hombres.
Los masones se reúnen en lugares especiales llamados logias, donde trabajan ritualmente y donde
se aprende a amar a la patria, según reza en sus principios. Como ya se ha
explicado la GLE sólo admite a
hombres, por el momento, mayores de edad, creyentes, de buenas costumbres,
honorables, leales y dignos.
Se puede concluir diciendo que los masones no son miembros
de una secta oscura o secreta. Como siguen pensando una buena parte de los
ciudadanos. Más bien todo lo contrario, la masonería, como se ha expuesto aquí,
busca el bien del conjunto de la humanidad y está conformada, por lo general,
de personas con un elevado nivel cultural o profesional. Su lema lo dice todo: libertad,
igualdad y fraternidad.
Si el lector está interesado en más detalles sobre la Gran Logia de España, de Masones Antiguos,
Libres, y Aceptados, puede pinchar en este enlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario