Mastodon Clave Menor: Lagunas de Cañada del Hoyo

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sábado, 29 de junio de 2024

Lagunas de Cañada del Hoyo

 

El Monumento Natural de las Lagunas de Cañada del Hoyo, se sitúa en la zona centro-oriental de la provincia de Cuenca, en el término municipal de Cañada del Hoyo.


Laguna de la Gitana.


Las llamadas lagunas de Cañada del Hoyo son en realidad dolinas o torcas de origen kárstico. Este conjunto es de gran singularidad e importancia a nivel nacional. Está formado por 7 lagunas permanentes y 4 torcas, cada una de ellas recibe un nombre diferente: Laguna de la Cruz o de la Gitana, Laguna del Tejo, el Lagunillo del Tejo, la Laguna de la Parra, la Laguna de la Llana, la Laguna de las Tortugas y la Laguna de las Cadenillas. La profundidad de las lagunas oscila desde los 4 metros de la Laguna de las Tortugas, hasta los 32 metros. de la Laguna del Tejo, que posee la anchura máxima con 200 metros.

La composición sedimentaria de la Laguna de La Gitana hace que todos los años a finales de julio se produzca un acontecimiento extraordinario. Un hongo cambia el color azulado de sus aguas por un tono blanquecino causado por su espora. Un fenómeno que se produce con matices distintos en el resto de las lagunas.

Las praderas de vegetación acuática de las lagunas están rodeadas de bosques de pinos y sabinas, donde surgen los arces y los tejos.

Existe también una importante representación de anfibios y reptiles, siendo destacable la presencia de la única población del amenazado galápago europeo (Emis orbicularis) en la provincia de Cuenca. Toda la comunidad de peces es de origen artificial (black-bass, gambusia, carpas) y ocasiona un importante perjuicio en las lagunas. En la actualidad se están realizando labores de control sobre ejemplares de distintos galápagos exóticos introducidos.

También aquí reina una leyenda, la de Jeromo y Currita, un par de enamorados que tenían la mala suerte de pertenecer a dos familias gitanas rivales. Su noviazgo lo llevaban en secreto, hasta que los padres del chico los descubrieron y decidieron abandonar el pueblo para siempre.

Ella, locamente enamorada, los siguió hasta las afueras del pueblo suplicando a voces que no se lo llevaran, pero todo fue en vano. Se quedó llorando desconsolada a las orillas de la laguna que hoy lleva su nombre.

Según la leyenda, Currita no pudo aguantar el dolor y se arrojó a sus aguas. A la mañana siguiente, la laguna tenía un verdor más blanquecino de lo habitual, fenómeno que se repite todos los años a principios de agosto en honor a Currita.

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