Los misterios de Noia

 

En el punto más interior de la ría de Muros y Noia, la más septentrional de las Rías Bajas (Galicia) se levanta el municipio de Noia (A Coruña) donde se acumulan leyendas y mitos. Una villa llena de historia ya que en ella se asentaron distintos pueblos, desde los romanos, hasta los bretones, pasando por los suevos. Noia es considerada como una de las poblaciones más antiguas de Galicia.

Iglesia de San Martiño.

La más extendida de las leyendas señala que su nombre deriva de los descendientes de Noé, quien llegó allí tras el diluvio y escondió su arca en el monte de Barbanza, donde plantó sus primeras vides. La leyenda ha calado tanto en la zona que el escudo heráldico de la villa contiene la imagen del arca de Noé junto con la paloma y la rama de olivo. Pero además, en Noia se levantaron en la Edad Media dos iglesias muy especiales.

Santa María a Nova que está rodeada por un enigmático cementerio gótico, supuestamente construido con tierra traída de Palestina y que tiene alrededor de 600 lápidas, de las cuales 30 están dentro de la iglesia.

De la otra parte, la iglesia la de San Martiño, diseñada para tener dos torres de las que finalmente sólo se construyó una, se dice que todo aquel que trate de acabar la segunda torre sufrirá terribles consecuencias.

Hay quien cree que esa fue la razón por la que el director de cine Claudio Guerín muriera al caerse del campanario cuando rodaba La campana del infierno, para la que preveía utilizar una segunda torre de cartón piedra.

Otra leyenda cuenta que dos hermanos gallegos pertenecientes a la Orden del Temple dejaron atrás su tierra para combatir a los infieles durante las Cruzadas en Tierra Santa. En el transcurso de una batalla se separaron para no volver a encontrarse jamás. Uno de ellos buscó al otro durante años, pero nunca dio con él, así que acabó dándolo por muerto y decidió regresar a Galicia donde levantó un cruceiro en su memoria.

Aquel caballero templario había sido hecho prisionero durante la contienda, pero cuando logro escapar y regresar a su tierra, su otro hermano ya había fallecido, por lo que mandó construir sobre el cruceiro un templete en señal de amor fraternal.

Por otra parte, apuntar que mientras la fama de Santiago crecía en todo el mundo como punto de peregrinación cristiana, la villa de Noia también participó de ese esplendor por su proximidad a Santiago ya que hacía las veces de puerto de Santiago de Compostela.