Mastodon Clave Menor: Luisa Carnés, la feminista olvidada y silenciada de la Generación del 27

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sábado, 24 de junio de 2023

Luisa Carnés, la feminista olvidada y silenciada de la Generación del 27

 

Luisa Genoveva Carnés Caballero, también conocida por los pseudónimos de Clarita Montes y Natalia Valle, nació en Madrid el 3 de enero de 1905, escritora y periodista, además de militante comunista, se exilió en México al término de la Guerra Civil española. Está considerada como la autora invisibilizada de la Generación del 27.


Luisa Carnés.


Nacida en una humilde familia madrileña, su padre, Luis Carnés, era barbero y practicante, y su madre, Rosario Caballero, era sastra, pero abandonó el trabajo para cuidar de seis hijos de los cuales Luisa era la mayor, quien abandonó la escuela a los once años y entró como aprendiza en el taller de sombreros de su tía Petra Caballero Aparicio, trabajo que dejó para pasar al obrador de una pastelería.

Luisa Carnés representa un ejemplo de precocidad en la literatura española de la década de 1920, poco común dada la escasa formación de la autora, era obrera manual y su condición autodidacta.

A los 18 años comenzó a escribir cuentos, y antes de 1936 ya había publicado tres novelas, Peregrinos de Calvario (1928), Natacha (1930) y Tea Rooms -Mujeres Obreras- (1934). Desde 1930 compaginó literatura y periodismo, colaborando en revistas y periódicos, como Crónica, Estampa, La Linterna, As, Ahora, Mundo Obrero y Frente Rojo.

Críticos e investigadores la sitúan dentro de la narrativa social de preguerra o como integrante de los llamados "prosistas del 27". Decantados en su mayoría por el compromiso político, estos autores se manifestaban partidarios de reformas sociales en beneficio de las clases populares, imprescindibles para modernizar el país.

Desde 1934 y al igual que otros muchos escritores españoles de su generación, Carnés mostró un creciente interés por los temas sociales, que plasmó en su obra escrita. Su posición en defensa de la mujer, de la causa de los trabajadores y de la legalidad republicana, que reafirmará durante la Guerra Civil, perduró en el exilio mexicano, después de 1939, algo palpable a través de sus incursiones periodísticas y literarias.

Gran parte de su obra está imbuida de su ideología, pues fue militante del PCE y apoyaba a Clara Campoamor en su defensa del sufragio femenino. Al estallar la Guerra Civil escribió artículos y teatro de combate en su defensa que estrenó con Rafael Alberti hasta que pasó a Francia por La Junquera. Se libró de ir a parar a un campo de concentración gracias al ofrecimiento del presidente mexicano Lázaro Cárdenas para refugiarse en México, donde murió en 1964 prematuramente en el más completo de los olvidos para la historia de la literatura española.

Luisa Carnés marchó al exilio con lo puesto, llevándose como único equipaje una cartera de piel que contenía, entre otras cosas, su bien más preciado, sus relatos. Ochenta años después, vieron por fin la luz en la antología Trece cuentos (1931-1963). En el año 2014, Editorial Renacimiento publicó sus memorias, De Barcelona a Bretaña (1939).

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