Ayuntamiento de Pinto (Madrid). |
La
localidad madrileña de Pinto
tiene
reconocida la
condición de ser el centro
peninsular. En este sentido, el
nombre de la villa es deformación de punto, su topónimo original
por estar en el corazón geográfico de la España
peninsular.
Dice
la leyenda
que fue en tiempos de los árabes cuando se situó el centro
geográfico de la Península
Ibérica
en
la villa de Pinto,
más exactamente en la confluencia de las calles Maestra
María del Rosario
y del Hospital
donde hay un monolito que señala el "centro geográfico de la
Península
Ibérica".
Hasta
los años sesenta, en ese mismo lugar había una gran piedra circular
con un aspa en el centro. Era conocida como La Exacta, porque
marcaba el centro peninsular. Y hacía referencia a una leyenda que
aún se cuenta en la localidad de Pinto y que señala que
debajo de ella estaba enterrada un arca en la que los fundadores del
municipio guardaron los instrumentos con los que calcularon el centro
de la península.
Este
rastro del pasado también se refleja en el escudo oficial de
Pinto, que
muestra un globo terráqueo y, en él, un punto rojo marca el centro
de la Península Ibérica. El Consistorio en el
año 2004 editó un informe en el que documenta los antecedentes de
escudos en la localidad y alude, como referencia más antigua, a un
pasaje de un libro sobre heráldica de Antonio Moya, Rasgo
heroico, de 1756, en el que escribió sobre el nombre de la
población: "Este le dieron sus primeros moradores con arreglo a
el sitio en que la fundaron, el cual se halla en el Punto Céntrico
de España, de donde provino en llamar a el sitio que la villa ocupa
Punto, y a ella, con muy poca corruptela la nombramos hoy
Pinto".
Por
otra parte, otros
han
atribuido históricamente al Cerro
de los Ángeles,
en Getafe
(Madrid)
la condición de ser el centro peninsular.
El origen del
Cerro
Ángeles
se remonta al tiempo de los árabes, quienes lo consideraron centro
geométrico de la Península.
Alfonso
VI
conquistó el lugar y erigió en su cúspide una ermita. Fue la razón
de que allí se construyera, a principios del siglo XX, la gigantesca
estatua del Sagrado
Corazón,
inaugurado por el rey Alfonso
XIII y
un prominente vértice geodésico de primer orden.
Por
su situación geográfica, fue una disputada atalaya en la guerra
civil
y
sufrió daños considerables.
El monumento actual fue inaugurado por el
general Franco
en 1965.
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