Cantando villancicos. |
El villancico es una forma musical y poética en castellano y
portugués, tradicional de España, muy popular entre los siglos XV y XVIII. Los
villancicos eran originariamente canciones profanas con estribillo, de origen
popular y armonizadas a distintas voces. Posteriormente comenzaron a cantarse en
las iglesias y a asociarse específicamente con la Navidad. Compositores notables de villancicos fueron, entre otros, Juan del Encina, Pedro de Escobar, Francisco
Guerrero, Gaspar Fernandes, Juan Gutiérrez de Padilla y Pablo Escobar.
Gracias a las investigaciones de estudiosos como Samuel Miklos Stern, se puede decir que
las primeras manifestaciones de villancicos aparecen en las cancioncillas
mozárabes del siglo XI. En este tipo de cancioncilla, que hoy se llama
villancico, los críticos reconocen el núcleo de la lírica peninsular.
La forma poética está influida por composiciones
tradicionales de origen mozárabe, tales como el zéjel, que alternaba estrofas cantadas por un solista con un
estribillo a coro. Lo que da paso a otras formas como la cantiga de estribillo o la cantiga
de refram galaicoportuguesa.
La polifonía suele ser en esta primera época a tres o cuatro
voces. Posteriormente, durante el siglo XVI, y de forma paralela a los
villancicos polifónicos, se empiezan a componer algunos a una sola voz y con
acompañamiento de vihuela que, a partir del siglo XVII, sería sustituida por la
guitarra.
En el siglo XVII el villancico es un género sumamente
popular, y para entonces constituirá la mayor parte de la producción musical
española de la época. Se componen multitud de villancicos devocionales para las
distintas festividades religiosas tales como la Asunción, la Inmaculada
Concepción o festividades de santos, además del Corpus Christi o la Navidad.
En esta época el villancico se sofistica aún más añadiendo
más voces a la polifonía, hasta ocho distribuidas en dos coros situados en
diferentes partes de la iglesia y acompañamiento de violón, arpa y órgano.
En el siglo XVIII se produce una transformación
significativa del género por influencia de la música vocal italiana que por
entonces dominaba el panorama musical europeo. Los villancicos alteran su
estructura tradicional introduciendo nuevas secciones musicales a imitación de
la cantata, deviniendo en una sucesión de recitativos y arias da capo según el
modelo de la ópera italiana.
Los de Antonio Soler,
escritos durante la segunda mitad del siglo, son quizá los más recordados en la
actualidad. En 1750 el rey Fernando VI suprimió los villancicos en la Capilla Real de Madrid, marcando el
inicio de una lenta decadencia que se prolongará hasta el siglo XIX.
La estructura básica del villancico la forman dos elementos,
el estribillo y las coplas, si bien su estructura es muy variable tanto en el
número de versos como en la rima o la alternancia entre estribillo y coplas.
El binomio estribillo-copla implica la alternancia
coro-solista, crucial en la realización del villancico. Los versos son por lo
general hexasílabos u octosílabos y componen un estribillo inicial, a veces con
introducción, que consta por lo general de tres o cuatro versos que se repiten
a lo largo de la obra, y unas coplas, divididas a su vez en dos mudanzas y una
vuelta.
Las mudanzas, que con
frecuencia tienen rima simétrica y forman entonces una redondilla o
alternativamente una cuarteta, van seguidas de la vuelta o enlace de tres o
cuatro versos en los que el primero tiene la misma rima que el último de la
mudanza y el resto, o al menos el último, enlazan con el estribillo.
Actualmente, tras el declive de la antigua forma del
villancico, el término denomina simplemente un género de canción cuya letra
hace referencia a la Navidad y que
se canta tradicionalmente en esas fechas. En los países de habla hispana se
llama villancico a un amplio conjunto muy heterogéneo de composiciones
musicales populares de muy diverso origen, época y estilo.
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