Hace pocas fechas, el Reino
Unido volvía a hacer Historia al crear
una Secretaría de Estado destinada a combatir la soledad. El país tomaba una
llamativa medida para combatir un problema de salud mental que afecta al 56 por
ciento de la población. Más de la mitad de los británicos dicen que se sienten
solos.
Buena parte de la población padece soledad. |
La soledad se percibe socialmente como un problema exclusivo
de las personas mayores, pero esta no es la realidad. Muchos ciudadanos
experimentan acontecimientos a lo largo de su vida que pueden interrumpir sus
conexiones sociales, como por ejemplo, la maternidad joven, el desempleo, la
aparición de problemas de movilidad o dependencia, la jubilación, el hecho de
que los hijos abandonen el hogar, el duelo por un ser querido, el divorcio, la
emigración o el entrar en situación de pobreza.
Según los datos sobre vulnerabilidad social de Cruz Roja, más del 26 por ciento de las
personas atendidas por la organización vive sola y cerca del 51 por ciento
tiene 80 años o más. Hay distintos factores que provocan situaciones de
soledad, la violencia de género es uno de ellos. También la edad aumenta la
posibilidad de vivir en soledad. En los últimos años, se ha observado un
incremento de los hogares unipersonales en ciudadanos de más de 65 años, aunque
las proporciones son todavía más bajas que en otros países europeos. En España, la proporción de mujeres
mayores que vive en soledad supera a la de hombres, 29 por ciento de mujeres, frente a 14 por ciento
de hombres.
Hay autores que niegan, con datos en la mano, la existencia
de una auténtica epidemia de soledad, pero sí admiten que millones de personas
sufren por la falta de conexión social. También las estadísticas parecen
demostrar que las personas que están o se sienten solas pueden tener más bajo
el sistema inmunológico, lo que producirá el desarrollo de enfermedades físicas.
En este sentido, estudios recientes han demostrado que las
personas solitarias producen una mayor cantidad de proteínas vinculadas a la
inflamación, que desempeñan un papel significativo en la aparición de
enfermedades como la diabetes, la artritis y el Alzheimer.
Como conclusión señalar que aunque vivamos solos por las
diferentes circunstancias de la vida, es importante recordar que relacionarnos y compartir momentos con otras
personas, mejora nuestro estado de ánimo, nuestro bienestar personal y ayuda
nuestro crecimiento personal.
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