El Consultorio de Elena Francis fue un programa mítico de la
radio española, muy relevante socialmente. El Consultorio
empezó sus emisiones alrededor de 1947 desde Radio Barcelona,
y se mantuvo en antena hasta 1984. Se presentaba como un espacio de
“consejos” para mujeres que se impartían a través de cartas que
enviaban los oyentes, muchas veces mujeres con problemas personales,
familiares, sentimentales o domésticos, la “señorita Francis”
leía sus dudas en antena y daba respuestas.
Las consultas
podían abarcar temas variados, desde cuestiones de hogar, belleza o
relaciones de pareja, hasta cuestiones de moral, sexualidad,
conflictos familiares… lo que en muchos casos ilustraba los
problemas reales de miles de mujeres en la España de
posguerra y franquista.
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| El consultorio gozó de una gran popularidad. |
Aunque Elena Francis sonaba como
una mujer real, en realidad era un personaje ficticio. Todas las
respuestas las redactaba un equipo de guionistas, desde 1966, el
periodista Juan Soto Viñolo. Las voces que le daban vida
también cambiaron con los años. Por ejemplo, la locutora más
popular que prestó voz a la señora Francis fue Maruja
Fernández.
El fenómeno duró durante décadas, ya que
muchas mujeres que no tenían vías para expresar sus problemas
recurrieron a ese consultorio. En 2005 se encontraron en una antigua
masíamás de un millón de cartas enviadas al programa. Para muchas
oyentes fue una vía de escape, de confesión, de apoyo. Se dirigían
a Elena Francis con temas íntimos, soledad, sufrimiento,
violencia doméstica, inseguridades personales… en una sociedad muy
represiva y con pocos apoyos públicos.
Aunque las respuestas
seguían valores muy conservadores, propios del régimen franquista,
el archivo de las cartas revela un mapa valioso de la vida cotidiana
de muchas mujeres trabajadoras; sus miedos, frustraciones o
aspiraciones. Por ello hoy se entiende como un documento histórico,
una ventana para comprender las limitaciones sociales, la represión
de género y cómo muchas mujeres buscaron consuelo aunque a menudo
bajo un discurso moralista.
Recientemente se ha
vuelto a revalorizar el programa desde un enfoque crítico, ya no
como un “consejo de hogar” inocente, sino como parte de un
sistema de control social y de género. Hay libros que analizan esta
herencia, por ejemplo Las cartas de Elena Francis de Armand
Balsebre y Rosario Fontova, un estudio histórico sobre
las cartas y lo que revelan sobre las mujeres de clase trabajadora
durante el franquismo.
El Consultorio de
Elena Francis era un programa privado, promovido inicialmente por
Productos Bella Aurora, una marca de cosmética que lo
utilizaba también como publicidad. No era un órgano oficial del
Estado ni estaba dirigido por instituciones franquistas.
Durante la dictadura
toda la radio española debía someterse a la censura previa, y el
consultorio no fue una excepción, razón por las que las respuestas
seguían estrictamente la moral nacional-católica. Se fomentaba el
modelo de mujer sumisa, esposa fiel, ama de casa sacrificada, propio
del ideario franquista. Las situaciones conflictivas, como la
violencia de género, separaciones, sexualidad o la autonomía
femenina, se resolvían casi siempre recomendando obediencia,
silencio o resignación.